Fichado como central, Chus Herrero se está convirtiendo en un especialista, ya que solo ha podido disputar tres de los 12 partidos de Liga que se han jugado hasta el momento y en todos ellos actuando como lateral derecho dentro del once titular.

La explicación se encuentra en la intención de Rubi de utilizar a los hombres más específicos y en la fortaleza aérea del zaguero, ya que el técnico ha dado la oportunidad a Chus Herrero en aquellos partidos en los que el rival contaba con un juego de estrategia poderoso o con delanteros de gran altura.

Así sucedió con el Lugo, en el que se perdió por una acción a balón parado, con el Numancia, en el que destacan los 1,93 metros de Braian Rodríguez y, en la última jornada, con el Mirandés, donde Urko Vera se convirtió en una pesadilla. En todos los casos, Rubi dejó a Chica en el banquillo para dar entrada a Chus con la idea de dar mayor consistencia física a la línea de retaguardia.

El futbolista aragonés es consciente de esta circunstancia: “El míster es el que decide, sabe las características que tengo, sabe lo que puedo aportar y en qué le puedo ayudar. A mí me gustaría jugar todos los días y para eso trabajo y entreno, pero luego el míster decide. Sí que me he fijado en los partidos que me ha tocado jugar, pero me da igual, como si me toca jugar en el campo que sea”.

El defensa, añade: “Estar jugando cada dos o tres semanas no me afecta, mi ánimo siempre es el mismo. Vengo a trabajar y a ayudar, el que decide es el míster porque estoy para ayudar y para sumar. Está claro que es más difícil ir entrando intermitentemente. Creo que en los entrenamientos hay un ritmo muy parecido al de competición y no estoy notando el no jugar continuamente”.

Noticia: MARCA