La llegada de Ronaldo al Real Valladolid generó una oleada de ilusión y de esperanza en la afición del club. Todos esperaban que el crecimiento deportivo del Real Valladolid por fin fuera una realidad. Esa realidad con la que tanto ha soñado esta afición, golpeada temporada tras temporada por las malas decisiones institucionales, y sobre todo deportivas; esperando que por fin el Real Valladolid fuese respetado por los estamentos deportivos y que nos dejasen de “tomar el pelo”.
Pues parece que eso no es así. 5 años de presidencia del astro brasileño, y seguimos siendo los mismos de siempre… o incluso peores a nivel deportivo. La llegada de Rony, para lo único que parece haber servido es para lavar la cara a las instalaciones y quedar el interior del estadio aseado.
Y yo me hago varias preguntas ¿esto era realmente necesario y tan urgente como parecía? ¿O realmente lo urgente era lo deportivo, dejar al equipo consolidado en primera división, y luego ya ocuparnos del envoltorio y de los alrededores? Y ojo, que cualquiera me puede decir que soy un oportunista, y que a toro pasado todo esto es muy fácil de decir. La gente que me conoce sabe que esto lo llevo diciendo desde la llegada del Astro al Club. Siempre he pensado que el Real Valladolid era una etapa en su camino hacia la presidencia de la Federación de Futbol Brasileña que, a mi humilde parecer, siempre ha sido su principal objetivo.
5 años de su llegada y tenemos un Club que vuelve a Segunda división (segunda vez durante su presidencia). Y creo que la más decepcionante desde hace mucho tiempo. La primera, la de la era Sergio, fue con un estadio vacío, y sin afición que empujara y apoyara incondicionalmente al equipo… se notó ese vacío. La de ayer fue todo lo contrario, una afición volcada desde el minuto 0 con el equipo, con un recibimiento como los de siempre: motos, bengalas, ausencia de vallas, haciendo que los jugadores sientan ese deseo de ser y estar en la elite del futbol nacional como esta afición se merece.
Pero no, parece que el esfuerzo de la Federación de Peñas, el Fondo Norte, y todos y cada uno de los 27000 que ayer se dieron cita en Zorrilla no fueron suficiente motivación para un equipo sin alma, y sin recursos futbolísticos para hacer un gol a un Getafe que vino aquí con el objetivo de empatar, y lo consiguió gracias a la inoperancia nuestra para dar un pase, la ineficacia de llegar al área contraria, y sin disparar entre los tres palos. La estrategia de Bórdalas que fue la de perder el máximo tiempo posible, la falta de ideas en el banquillo local que fue un manojo de nervios durante todo el partido, y sin dar soluciones a lo que Bórdalas hace estupendamente que es sacarte de quicio con el beneplácito del arbitro (que lejos de ser valiente consintió las constantes pérdidas de tiempo desde el minuto 1 por el guardameta, y las contantes caídas por “ lesión” de los jugadores rompiendo un ritmo de partido que, ya de por sí, era desesperante por la falta de llegada de nuestros jugadores).
Por todo esto, y por mucho más que me quedo en el dolido corazón de un aficionado, éste no es un descenso al uso. Es el descenso que no imaginábamos… es el descenso que esta afición no se lo merece. Señor Ronaldo: ya hubieran querido otros presidentes tener la masa social y la asistencia a los partidos que ha disfrutado usted en el cargo. Mucho tienen que cambiar las cosas, tanto en lo deportivo como en lo institucional, para que esta afición vuelva a confiar en usted. Ayer todos salimos de Zorrilla con lagrimas en los ojos, y el corazón roto por UN DESCENSO MAS.