Quedan 11 partidos, 11 finales que van a determinar si el año que viene jugaremos en Primera o en Segunda División.
Sergio y los suyos se vuelven a enfrentar a un nuevo reto que va a poner a prueba nuestra tensión arterial y nuestro corazón como aficionados, con el agravante de que esta vez no lo vamos a vivir juntos ya que no podremos estar en el estadio para darles nuestro apoyo y aliento cuando más lo necesitan.
Este Covid-19 ha cambiado nuestra forma de vida y lo va a seguir haciendo mientras no exista una vacuna y eso también nos ha influido con el Real Valladolid. El primer partido que nos toca es contra un rival directo y que se resiste a bajar de Categoría, el Leganés nos recibe el Sábado 13 de junio a las 19:30 horas (un horario muy bueno para haber viajado en masa a ver el partido), encuentro que a pesar del colchón de puntos que tenemos puede ser vital y un paso de gigante para conseguir poner pie y medio en la División de Honor por tercer año consecutivo.
La semana siguiente visitará Zorrilla otro rival directo, el Celta de Vigo, un partido vital y más si encima no sacásemos los 3 puntos de Leganés. Si en estos dos partidos sacamos puntos positivos tendremos por delante 9 encuentros que miraremos de otra manera al final de temporada. No digo que lo tuviésemos conseguido, pero con esos dos resultados positivos frente a dos rivales directos los enfrentamientos contra: At.Madrid, Getafe, Sevilla, Levante, Alavés, Valencia, Barcelona, Eibar y Betis no serían tan a vida o muerte.
No es el mejor calendario teniendo en cuenta lo que nos jugamos, pero el Covid-19 ha afectado a todos los equipos, por lo que llegan todos los clubes a este tramo final con muchos interrogantes, y más cuando la afición no va a poder estar con ellos animándolos en el campo. Con estos condicionantes, yo me pregunto: ¿Serán Sergio y su equipo capaces de obrar el tercer milagro consecutivo?.