Artículo escrito por Víctor Fernández

(@VictorPucela73)

Ha terminado la gira del Real Valladolid al otro lado del charco, el equipo ya está en casa y, probablemente ahora comienza la pretemporada de verdad y la carrera para ponerse a punto de cara al choque contra el Betis de la primera jornada de liga.

Desde luego hay que mirar positivamente este primer stage de la pretemporada por muchas razones: el grupo ha convivido unos días, los nuevos se van acoplando y se ha vivido la novedosa (y bonita) experiencia tanto para el club como para los jugadores de disputar partidos en un continente reservado hasta ahora a las a equipos grandes.

Olvidémonos ya de campañas de abonados, camisetas más o menos bonitas y demás familia porque ahora llega lo serio. El Pucela regresa a casa y aquí, sin prisa pero sin pausa, debe terminar de rematar su preparación de cara al inicio de la temporada. No digo con esto que hasta ahora no se haya trabajado, es evidente que sí. Pero también es cierto que la nueva experiencia para jugadores que hace un par de años ni soñaban con un viaje así, no supone el caldo de cultivo perfecto para pensar única y exclusivamente en preparar física y tácticamente un equipo de fútbol. No se me entienda como una crítica al club, como he dicho, me parece que está mini-gira puede ser muy positiva a largo plazo y, que demonios!, los chicos se merecen algo así. Estoy seguro que lo que para Messi es un fastidio en plenas vacaciones, para Moyano o Guardiola puede ser un oportunidad única; por no hablar de lo que supone para el proyecto de Ronaldo que el Pucela se deje ver por esos lares.

Ahora bien, lo importante es lo importante y Sergio ahora debe centrarse en conjuntar a un equipo que ha demostrado tener buenos mimbres. Es pronto aún para sacar conclusiones precipitadas sobre ciertos jugadores y será el día a día, a partir de hoy, el que nos permita empezar a vislumbrar lo que será el Real Valladolid 19-20.