La duda queda en la expresión: menosprecio o insulto. En las últimas temporadas, ha habido de todo.

Este año el futbolista del Tenerife, Suso ha sido castigado con 4 partidos por llamar «Sinvergüenza» al árbitro en el partido contra el Granada.

Sergio Ramos (Real Madrid) fue sancionado con 4 partidos por llamar «sinvergüenza» a Ayza Gámez en un partido ante el Valencia en 2013. Eso sí, lo hizo en tres ocasiones y añadió «llevas todo el puto día jodiéndonos». Además, repitió la expresión inicial al asistente y el cuarto árbitro al retirarse del terreno de juego.

Más cerca en el tiempo está el caso de Álvaro Cervera, que llamó sinvergüenza al árbitro De la Fuente Ramos en el Cádiz-Córdoba de la pasada campaña. Tampoco vale como caso análogo al ser sancionados con mayor dureza los técnicos en estos casos.

El mismo caso de llamar «sinvergüenza» al árbitro se dio en un Valencia-Espanyol de 2012. Sergio García fue sancionado con cuatro encuentros.

Griezmann recibió dos por llamar «cagón» al colegiado de la jornada inaugural ante el Girona el mes pasado.

También consideró Competición menosprecio que Banega dijera «la concha de tu madre» al árbitro del duelo contra el Espanyol.

Insulto se consideró un «me cago en tu p… madre» de Piqué en un Barcelona-Athletic de Supercopa (2015). Le cayeron 4 choques, los mismos que a Puñal en 2012 por el mismo insulto en un Barcelona-Osasuna.

Pero un «vaya atraco, hijo de puta» de Pepe en un Villarreal-Real Madrid de 2012 se quedó en desconsideración (2 partidos).

Víctor Valdés, en un clásico en 2013, se dirigió al árbitro diciendo «os habéis cagado, no tienes vergüenza» (4 partidos).

En este carrusel de cambios de criterio hay que destacar los 4 partidos a Diego Ifrán por llamar «boludo de mierda» a Munuera Montero en un Llagostera-Tenerife.