La victoria ante el Albacete deja a los blanquivioleta casi salvados, a la misma distancia de la promoción que del descenso · Una más lo certificaría, aunque incluso podría darse perdiendo
Más de uno está pensando ya en ellas en esta recta final de temporada. Pero, pese al triunfo ante el Albacete, el Real Valladolid aún no ha certificado su permanencia -incluso matemáticamente, ya que está a la misma distancia, aún podría alcanzar los puestos de promoción-. Necesita o una victoria más o que el Almería (con peor coeficiente de goles a favor y en contra) no gane la próxima semana. A partir de ahí, sí, ya podría finiquitar la campaña como le diese la gana, aunque su entrenador, Alberto López, dejase claro el sábado que no le da lo mismo acabar el 12º que el 16º. Aviso a sus jugadores. Uno más.
El caso es que los tres puntos que sumó el sábado el Real Valladolid -dos meses después- le llevan a acumular 49, nueve más que el que cierra el puesto de descenso, el Almería. Albacete y Bilbao Athletic (ya descendido matemáticamente) ya no pueden alcanzar a los blanquivioleta, mientras que el Llagostera aún podría al estar a 10 puntos. Así que de ganar en Tenerife, el conjunto pucelano certificaría su salvación. No es mucho pero a estas alturas de curso y tras siete jornadas sin vencer, es lo máximo a lo que puede aspirar -pese a que las matemáticas sigan diciendo que la promoción está a nueve puntos-.
Todo después de que la jornada se cerrase ayer con la victoria de la Ponferradina ante el Lugo; del Llagostera contra el Córdoba y la remontada del Huesca frente al Almería. Los bercianos cogen aire en la clasificación, llegan a los 43 puntos y salen de esos puestos de descenso a Segunda B. Los oscenses dieron un gran paso hacia la salvación, remontando el tanto del pucelano Quique y hunden al Almería. Mientras que los catalanes se aferran a la categoría tras doblegar al Córdoba.
Óscar. «Si llegas a pinchar se había complicado y no estamos en un momento como para hacerlo», señaló Óscar González, que volvió a ver puerta cinco meses después de su último tanto y que regresó al once inicial. «A partir de ahora, que sabes que el descenso está bastante lejos, vamos a ver si intentamos jugar el balón y damos una buena imagen», añadió después de reconocer que el encuentro ante el Albacete había sido malo y de ser sincero sobre los pitos que recibieron de la afición al finalizar el encuentro: «Es lógico y normal. El público ha apoyado hasta el final y es normal que te piten porque el partido y el fútbol ha sido malo. No ve a su equipo jugar bien y es lógico».
