Artículo de Roberto Martín G. para Pucela Fichajes. @Sr_Grakan

Se acabó. Colorín colorado. C’est fini.

Como el final de una relación amorosa, Braulio (o Carlos, no se muy bien cual de los dos, porque esto era una romance a tres), le dijo a Portugal las palabras que mas miedo dan: tenemos que hablar. Básicamente dan miedo porque sabes que si llegas a ese punto no es para hablar de lo guapos y lo buenos que sois. Es para admitir de forma valiente que todo tiene su fin, como cantaban Medina Azahara. Y así debía estar Miguel Ángel en el vestuario de El Sadar. Siento que ya llega la hora, que dentro de un momento te alejaras al fin, y todo lo demás.

Siempre he pensado que cuando un equipo va mal, la culpa no es al 100% del entrenador. Esto mas bien es como una cápsula de café de esas molonas: 50% mister, 30% jugadores, 20% dirección. La diferencia es que en vez de un café cremoso y con cuerpo, aquí nos ha quedado un aguachirri que ni despertaba, ni disfrutabas, ni nada de nada.

Cuando ayer retuitee la nota de prensa de la cuenta oficial del Valladolid, un amigo me dijo que no creía que fuera la solución. Mi respuesta fue que tampoco yo lo creía, pero que si que era parte del problema. Parte. Pero hay mas implicados. Lo malo de esto es que como los médicos no se pongan de acuerdo, el enfermo va a entrar en parada cardio respiratoria, y si eso pasa, el siguiente es la afición. ¿Cuándo nos daremos cuenta que o remamos todos a la vez o esto se hunde?¿Cuando dejaremos de criticar, para ayudar?¿Cuando dejaremos los corrillos de viejas para aportar ideas válidas que ayuden al equipo?¿Cuando, insisto una vez más, cantará Zorrilla entera aquello de “Pucela, Pucela, aupa el Real Valladolid” en vez de estar callados y echando pestes por lo bajini 90 minutos? ¡Más animar al equipo, señores, que si no vamos de cabeza a Segunda B!.

Yo creo en el equipo. Creo en los jugadores. Creo en Carlos y en Braulio. Y creo que Miguel Ángel hizo lo que pudo o lo que supo. Pero como dice otro amigo mío, la camisa le quedaba demasiado grande, era su oportunidad de hacerse grande como entrenador y no la ha sabido aprovechar. Espero que le vaya bien, Mister, ojala tenga éxito en este mundo, sinceramente. Pero entienda que yo lo que quiero es que le vaya bien al Real Valladolid. Real Valladolid solo hay uno, y a usted me lo encontré en la calle.

Postdata: al que venga, sea quien sea, le deseo lo mejor, porque yo lo que quiero es lo mejor para el Real Valladolid Club de Futbol. Sociedad Anónima. Muy anónima, aunque lo formamos muchos y muchas con nombre y apellidos.

A levantarse y a gritar con fuerza: Aupa Pucela!