A CINCO Se difumina el efecto revulviso que se esperaba con él. 20 puntos necesita el Levante para soñar con la salvación.

La Liga del Levante comienza con otra decepción. Las buenas sensaciones mostradas ante Barça y Sevilla han quedado dilapidadas tras una nueva actuación impropia de un equipo que se juega la vida. Los granotas siguen a cinco puntos de la salvación, pero han dejado pasar otra oportunidad de oro para recortar distancias con sus rivales directos. Y las jornadas van pasando. Ya son 14 las balas que les quedan a los de Orriols.

El Eibar dio un soberano repaso a los de Rubi. Sólo las paradas de Mariño maquillaron un resultado que pudo ser escandaloso. Puntuar era el mínimo exigido para un equipo que nunca inquietó al cuadro de Mendilibar. Se trata de la tónica habitual de los granotas esta temporada ante sus rivales directos. Si el curso pasado el Levante salvó los muebles dando la cara ante los rivales de su Liga esta temporada no está siendo así. Rivales como Granada, Betis, Real Sociedad, Málaga y el mismo Eibar han tocado la cara de los granotas.

En algunos casos directamente los han mandado a la lona. Sólo ante Rayo, Las Palmas y Sporting, el Levante ha competido. Derrotas que han convertido la temporada de los azulgrana en una tortura. Y ahora toca remar. En este sentido, Rubi no ha conseguido que el Levante despegue. Los números más bien dicen lo contrario. El equipo ha involucionado. Cogió al Levante colista a tres puntos de la salvación y ahora vive a cinco del equipo que marca el descenso. Con el Levante, Rubi ha sumado 11 puntos en 15 jornadas, una proporción muy similar a los seis puntos en nueve que consiguió Lucas Alcaraz durante el periodo en el que estuvo al frente del banquillo granota este curso.

Desde el club se mantiene la calma con respecto a la figura del entrenador. A pesar de que el equipo no reacciona y que las jornadas siguen pasando, la destitución de Rubi no es tema que esté sobre la mesa. Por lo menos, eso se emana de las oficinas del Ciutat. La situación es crítica, pero se mantiene la confianza.