El presidente del Real Valladolid, Carlos Suárez, es muy tajante: «Hay que erradicar la violencia del fútbol a lo bestia. No se trata de ultras o no, vamos a llamarles violentos sean del ámbito que sea. Y la violencia y el fútbol son cosas antagónicas».
Desde el club blanquivioleta se recordó que nunca se ha ayudado económicamente a ultras: «Jamás». Incluso ha habido reuniones en ese sentido, dejando claro que no iba a «haber un trato de favor diferente a otras peñas o aficionados». De hecho, alguno de los grupos que ha generado comportamiento o incidente, como Ultras Violeta o Garrafoni, no pertenece a la Federación de Peñas del Real Valladolid. «Cada temporada vamos teniendo menos problemas, aunque siempre puede haber alguno puntual. Se han ido eliminando», señaló un Suárez que fue un poco más lejos: «La situación ha ido cambiando y apenas quedan vestigios de otras épocas. Y lo normal es que tiendan a eliminarse».
Aunque es verdad que desde el club pucelano se han habilitado dos zonas en cada Fondo, con el nombre de Grada de Animación, donde los precios son más baratos y donde normalmente se colocan miembros de Ultras Violetas en la zona Norte y de Garrofini, en la Sur: «No es cuestión de peñas sino de edades». El Real Valladolid tiene un reglamento para sus abonados, que pueden ser expulsados en cuanto cometan algún incidente. Tiene que haber expediente sancionador y remitirse al club porque sino puede darse el caso, como ya ha ocurrido en el José Zorrilla, de unos abonados expulsados, que recurrieron y tuvieron que ser indemnizados con la parte del abono no usada.
«Creo que hay que tratar la violencia desde un ámbito general, no desde el deporte», puntualiza el presidente.
