En el año 1995 fichó por el Real Valladolid por 25 millones de pesetas y en la temporada siguiente una entrada brutal de Roberto Carlos en un Real Madrid-Valladolid le lesionó de gravedad, teniendo ese año muchos problemas con la lesión, aunque ello no privó a llevar al Valladolid a clasificarse nuevamente para la Copa de la UEFA, la tercera vez en su historia. Ya una vez recuperado de su grave lesión volvio a rendir a buen nivel, aunque ya nunca volvería a ser el mismo después de la lesión, pero aún asi consiguió volver a ser uno de los máximos anotadores del Valladolid, algo que le hizo ser valorado por otros equipos, aunque él quiso seguir siendo fiel al conjunto vallisoletano, aunque después su no a renovar con el Valladolid le hizo tener problemas con la directiva y pasó de ser uno de los jugadores más importantes en la historia del Valladolid a ser un jugador olvidado, siendo en la temporada 99-00 fichado por el Zaragoza para suplir la ausencia de otro gran delantero, Savo Milosevic.