El colombiano y el franco-marroquí están siendo, con sus goles y su juego, las grandes sensaciones del nuevo líder de Segunda
No hay ninguna duda en Valladolid. La pareja de moda del nuevo líder de Segunda A es la formada por Mojica y Bergdich. Por sus goles; por su juego; por ser imprevisibles para los rivales y, a veces, para sus propios compañeros; por su velocidad y verticalidad; por su trabajo en defensa… el colombiano y el franco-marroquí se han ganado el cariño de la afición, que ya les ha ovacionado en más de una ocasión.
Johan Andrés Mojica Palacio, más conocido como Mojica, llegó en verano a Valladolid. Lo hizo cedido por el Rayo Vallecano. Casi todo el mundo se acordó del error del entonces defensa en el definitivo 0-3 del cuadro blanquivioleta, obra de Larsson, en Vallecas. Hoy nadie ya habla de aquello.
El colombiano, que había jugado en Academia, Llaneros F.C. y América de Cali en su país antes de arribar en Madrid, ha disputado 8 de los 11 encuentros (5 como titular) en lo que va de temporada. Ha marcado dos goles (tres con el anulado ante la Ponferradina), ambos en las últimas jornadas, pudiendo exhibir sus dotes de baile con la salsa choke -la misma que hicieron famosa la selección de Colombia en el Mundial-.
El domingo, tras el encuentro ante el Girona, señaló que se emocionó mucho con el golazo que había anotado, llegando a besar el escudo de la camiseta del Real Valladolid. Mojica, con 22 años, ahora juega de extremo izquierdo, aunque llegó como lateral. Las necesidades, por aquello de las lesiones, le ‘descubrieron’ para su nuevo puesto. Desde allí ya ha dado dos asistencias.
Ambas a Zakarya Bergdich. El franco-marroquí es el pichichi del conjunto blanquivioleta, con cuatro goles. Ahora en el extremo derecho, aunque su puesto natural es el izquierdo, aprovecha su potencia para volver loco a cualquier lateral, aunque es habitual verle como delantero centro o siendo el hombre más adelantado en muchas fases de los partidos.
Con 25 años cumple su segunda temporada en Valladolid, aunque en verano estuvo a punto de salir traspasado. Ha jugado 9 encuentros (8 como titular) y promedia un gol casi por partido.
Juntos parecen imparables, imprevisibles como bien señaló Rubi sobre Mojica. Por el momento, pocos discuten que tienen algo diferente en la categoría. Y, por ahora, son la sorpresa más agradable.
