El lateral ha llegado a un acuerdo para prolongar su vinculación por dos temporadas • Estrenará contrato en Riazor, ‘su’ casa

Sigue en el Valencia. Antonio Barragán se ha ganado la renovación a pulso. El lateral derecho titular del Valencia ya ha llegado a un acuerdo con el club para prolongar su contrato hasta junio de 2017. Tras varias intentonas, Rufete y el agente del futbolista cerraron el acuerdo por dos campañas más y con una subida de sueldo considerable.

Hay que recordar que, junto a Alcácer y el traspasado Bernat, Barragán era uno de los jugadores peor pagados de la plantilla con bastante diferencia. Con el nuevo contrato, el jugador pasa a un escalón medio de la entidad. Barragán siempre ha declarado públicamente su intención de quedar ligado a la disciplina del club. Desde la entidad se ha valorado su profesionalidad y, sobre todo, su rendimiento.

El gallego no es una estrella, pero con Nuno ha encontrado el equilibrio y se ha convertido en una de las piezas básicas de la zaga. Lo juega todo y ni siquiera la presencia de un joven con proyección como Cancelo ha hecho dudar al técnico. La renovación de Barragán está cerrada, pero se esperará a la llegada del nuevo propietario para hacerla pública.

Por otro lado, Antonio Barragán tiene buenos recuerdos de su estancia en Riazor, lugar al que vuelve este fin de semana, pese a que una lesión de rodilla le apartó de los terrenos de juego durante mucho tiempo. Jugó 34 partidos con el cuadro herculino a lo largo de tres años. Su caso, sin embargo, es curioso por sus antecedentes y los caprichos del destino para verse en el equipo del lugar en el que nació —fichó por el Dépor— pese a que su vida la haya pasado en otro sitio.

Esto tiene su explicación: tiene un marcado acento andaluz, pero en su DNI figura que nació en Galicia. Exactamente, en Puentedeume, pueblo cercano a Ferrol. Hoy, Barragán es jugador del Valencia y regresa a una de sus casas. El lateral llega a Riazor como titular en el Valencia.

Ahora será la primera vez que se enfrente al Deportivo en el estadio de Riazor. Pero de verdad. En el campo. Hace dos años estuvo en el banqullo. No pudo disfrutar de la victoria 2-3 en el césped. Esta vez todo ha cambiado. Por fin juega en su tierra, aunque aquí los sentimientos no cuentan.

Noticia: MARCA