El pacense anotó el domingo su tercer gol con el Real Valladolid, el primero de falta directa, algo que era habitual con el Promesas. Canterano y vallisoletano de adopción, el ahora central es un fijo en los esquemas de Rubi, como lo fue en los de JIM y Djukic

Jesús Rueda es, junto a Óscar, el único canterano asentado en el primer equipo. Natural de Corte de Pelas, localidad de 1.800 habitantes de Badajoz, a los 15 años ya estaba en Valladolid. El hoy central es uno de los fijos de Rubi en Liga, como lo fue con Juan Ignacio Martínez la temporada pasada y con Djukic las dos anteriores. Rueda ha cogido galones con el paso de los años. Hasta el punto de que esta temporada es el segundo capitán (ya ha portado el brazalete en ausencia de Álvaro Rubio), pero no todo ha sido fácil en su carrera. La suya es una historia de superación.

El domingo, el pacense anotó su tercer gol con el Real Valladolid (los otros dos habían llegado de cabeza a balón parado en el Nuevo Colombino, temporada 2011-12, con 1-1; y en Zorrilla ante el Villarreal, temporada 2013-14, con 1-0 final). Pero el que metió ante el Tenerife es el primer gol de falta directa como profesional, o mejor dicho con el primer equipo. En el Promesas, ya hace unos cuantos años, era habitual verle marcar así. Entonces jugaba de mediocentro (coincidió con Rafa y Lázaro, entre otros).

Al Promesas había llegado del juvenil de División de Honor y antes del juvenil C. Paso a paso. Como cuando empezó a darle patadas a un balón en la plaza de su pueblo, o cuando en prebenjamines comenzó en el equipo de Corte de Pelas o luego en el Puerta Palmas. Su padre recordaba hace años en el periódico Hoy que en un torneo en Badajoz, cuando apenas sumaba 12 años, Rogelio Palomo (mítico entrenador del Badajoz) le dijo que ese niño tenía madera de futbolista.

Y acertó. A los 15 años llegó a Valladolid, a la Residencia de Jugadores, y poco a poco fue ascendido hasta el Promesas (siendo juvenil ya jugaba con el segundo equipo, algo que hizo que no jugase la final de campeones de esa edad ante el Real Madrid). Allí se asentó y desde el medio del campo fue cogiendo galones. Hasta que en 2009 debutó en Primera de la mano de Mendilibar. Llevaba dos años a caballo entre el primer equipo y el filial. Había entrado en varias convocatorias y había hecho la pretemporada con los ‘mayores’ pero sin suerte.

Ante Osasuna, tras dos partidos coperos con el Hércules, jugó sus primeros minutos como profesional. Pero ese verano tuvo que hacer las maletas. Una cesión al Córdoba, donde alternó su posición en el medio con alguna en el centro de la defensa, cambió su carrera.

Aunque el que le dio un giro total fue Djukic. Antes, una operación para extirparle el bazo. Y un casi adiós después de haber renovado. El técnico serbio apostó por él un verano y por sus posibles condiciones como central. Y acertó. Desde ese momento, el centrocampista pasó a ser defensa. Y Rueda empezó a jugar. Con el propio Djukic, con Juan Ignacio y ahora con Rubi.

Siempre directo y muy claro en sus palabras, la temporada pasada se atrevió a reconocer que no estaba en un buen momento futbolístico -«me estoy encontrando mal, sé que puedo dar mucho más de mí, se que no estoy ni al 50% y a partir de aquí solo puedo mejorar, porque peor no se puede hacer», señaló- algo poco habitual en este mundo.

El domingo pudo dedicar su primer gol a su hija recién nacida, Noa. Y espera que sean muchos más.

Link: http://www.eldiadevalladolid.com/noticia/Z66FD5609-C931-D7B5-33FE76B0316B80E9/20140924/jesus/rueda/coge/galones