«Juega muy bien al fútbol, pero vamos a intentar ganarle», avisa Cases sobre el equipo del que fuera ayudante de ‘Tata’ Martino en el Barça

En junio de 2012, Joan Francesc Ferrer Sicilia, ‘Rubi’, era todo un desconocido. Un exfutbolista de carrera modesta, con techo en Segunda B, al que le habían encargado llevar las riendas del proyecto del Girona tras un primer tramo de carrera bastante discreto en los banquillos (Vilassar, L’Hospitalet, Sabadell, Espanyol B, Ibiza y Benidorm). Comenzaba a arreciar entonces la crisis en el fútbol profesional, empachado de malas gestiones y de deuda. Aunque resulte irónico, el ambiente propicio para los que venían de abajo y olfateaban en este escenario una oportunidad. Por una de esas rendijas se coló el actual entrenador del Valladolid.

Dos años y unos meses después, ‘Rubi’, de 44 años, se ha granjeado el respeto de su gremio y ha dado lustre profesional a su nombre. El Valladolid, rival del Sporting este domingo, navega cómodo en la segunda posición de la clasificación, un estatus que amenaza el jovencísimo rebaño que maneja de forma ilusionante Abelardo. A orillas del Pisuerga se congratulaban esta semana, de hecho, de que el equipo blanquivioleta hubiese logrado bajo su tutela firmar el segundo mejor inicio de su historia, con cuatro victorias en cinco jornadas. «Juegan muy bien », pero, avisa Cases desde Mareo, «vamos a intentar ganarles».

Dicen que una llamada telefónica cambió su vida deportiva en 2011, cuando llegó al Girona por una caprichosa carambola del destino. Estaba a punto de desistir en su idea de dedicar sus esfuerzos a profesionalizarse como entrenador. Raúl Agné, por aquel entonces técnico del conjunto catalán, le convenció para que no se metiera de lleno en el negocio familiar, una agencia de viajes, y resolviera unirse a su proyecto como técnico auxiliar. «Tengo una relación con él desde hace muchos años. Le llamé porque era consciente de su capacidad como técnico. Se lo pensó porque en ese momento estaba sopesando dedicarse más a la empresa familiar, pero al final decidió echarnos una mano», recuerda el zaragozano.

Raúl Agné: «Es un entrenador de la nueva ola: metódico y con un instinto muy ofensivo»
Realizaba labores de ‘scouting’ en esa época, de análisis de rivales. Era el máximo responsable en el laboratorio de las estrategias -uno de sus puntos fuertes porque un año después, ya como entrenador del Girona, su equipo firmó durante la temporada 18 goles a balón parado-. «Nunca he dudado de su capacidad», concluye Agné. «Lee muy bien los partidos y hace una radiografía perfecta de los rivales, de lo que puede pasar, de sus virtudes», añade el exrojiblanco Migue, pupilo suyo en el Girona, ahora en las filas del Alavés. Todo ese potencial explotó en la temporada 2012-2013, la mejor campaña en la historia del Girona, que partía con un presupuesto de 4,4 millones de euros, aunque el Almería le apartó en el acto definitivo de su sueño de ascender a Primera.

Guardiola y Vilanova

Muchos le han catalogado como uno de los entrenadores más prometedores del fútbol profesional. «Yo, personalmente, le veo entrenando en Primera porque tiene condiciones de sobra, aunque luego el fútbol se mueva por unos caminos imprevisibles», concede el central catalán. Y el Barcelona, en ese sentido, lo tuvo claro. Incluso Pep Guardiola, cuentan, se interesó por su situación para incorporarlo a la estructura técnica del Bayern. Pero fue la opción del club azulgrana la que más le sedujo.

Le reclutó tras aquella sonora temporada en Gerona. El fallecido Tito Vilanova, que ya había intentado ficharle para el Figueres en 2004, fue su gran valedor. Pero, poco después de su presentación, el técnico de Bellcaire se vio obligado a dimitir para iniciar su lucha contra el cáncer. ‘Rubi’ fue uno de los nombres que se barajaron para cubrir su ausencia, aunque finalmente el elegido resultó ‘Tata’ Martino, quien se apoyó mucho en el técnico del Valladolid durante su breve estancia en la Ciudad Condal. «No me sorprendió para nada su incorporación. El Barcelona siempre quiere tener a los mejores, además del hecho de que estaba Tito, que le conocía perfectamente», apunta Migue. «Ahora está en el Valladolid. Todo lo que ha vivido en dos años demuestra que en el fútbol lo que hoy es blanco mañana es negro. Todo llega cuando uno menos se lo esperaba y estoy contento por él», abunda Agné.

Como entrenador todos destacan su pronunciaba visión ofensiva del fútbol. Lo recuerda bien el Sporting del primer año del descenso, que recibió tres goles en el primer tiempo para caer en Montilivi por 3-1. Aquel proyecto del Girona concluyó la temporada regular con 74 tantos, solo el Castilla y el Barcelona B, más preocupados de atacar que de defender, hicieron más goles que él. «Es un entrenador de la nueva ola: trabajador, metódico y con un instinto muy ofensivo. Antes era más radical, pero con el tiempo ha ganado equilibrio defensa-ataque», precisa el técnico.

Fue muy revelador hace un par de semanas, en los días posteriores a su última visita a El Molinón, en la Copa: «Debemos marcar siempre, como mínimo dos goles. Con uno no te puedes fiar nunca». Con ese ideario en el banquillo contiguo, Abelardo se encerró ayer con sus defensas en el campo número 1. Trabajó la salida de balón, la coreografía de movimientos y los despejes aéreos. La propuesta de ‘El Pitu’ busca la rentabilidad a partir de un buen sistema defensivo, portería cero, y de la intensidad que castiga el físico rival. Dos formas de ver el fútbol.

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