«Es una cosa más de mí mismo. Es una parte más de mi vida». Juan Antonio Añíbarro habla así del Real Valladolid, de su Real Valladolid. 73 Ligas (en sus 82 años) le avalan. Es el socio número 1 y el domingo estará en el José Zorrilla, sufriendo y animando, soñando con la permanencia. Quizá no se sienten cerca, quizá sí, pero Alberto Muñoz, abonado número 2 (83 años), habla en parecidos términos: «Le he conocido en Primera, Segunda y Tercera y nunca he dejado de seguirle. Siempre renové como socio, en los tiempos buenos y en los malos».

Ellos dos encarnan a la perfección la pasión por unos colores, el sentimiento blanquivioleta, el amor a un club por encima de todo. Son los socios los que hablan, los que recuerdan anécdotas, viajes, jugadores… a apenas tres días de la final ante el Granada, donde un año más se jugará la permanencia el Pucela.

«No deja de ser el equipo de mi ciudad, al que sigo desde pequeña. Siempre recordaré los viajes a Salamanca, aunque me quedo con la época de Peternac y la UEFA», señala Clara Saavedra, socia número 5.146.

Los desplazamientos han sido y son parte de la vida de estos aficionados. «El tren del ascenso de Palamós», recuerda Raúl Crespo, que habla de familia, de la familia blanquivioleta. «La final de la Copa de la Liga», añade Alberto González (2.034), que recuerda una foto con el Pato Yáñez en el césped. «Aunque baje no dejaré de seguir viajando. Es un sentimiento y me ha dado muchas más alegrías de lo que la gente cree», ratifica Luis Miguel de la Fuente (1.063). Él suele acudir con su padre, Alfonso de la Fuente, otro de los veteranos. Es el socio 25 y recuerda que su padre fue uno de los fundadores del club: «Soy un hincha de los de antes, de los de ahora… no me voy a borrar, aunque no pueda ir. Somos un club modesto y estar en Primera ya es un triunfo».

Pero no solo en la capital hay socios y abonados. Desde Valdestillas, Víctor Esteban (4.671) revela que para él es su ilusión, «la única porque el resto es crisis».Desde Pedrajas, Carlos Muñoz (3.822) añade que «es indescriptible, un sentimiento desde pequeño que siempre llevaré encima. Del Real Valladolid uno nace, no se hace. Esperemos ganar y que suene la flauta en algún campo». E incluso desde la India, Luis Ángel Reglero (6.823): «Siempre digo que soy católico y del Real Valladolid. Así que creo en milagros. Y pase lo que pase, aúpa Pucela ahora y siempre».

José María Ordax (3.160) y Francisco Legarra (3.017), desde la Federación de Peñas, aseguran que el Real Valladolid es su vida, lo es todo… las alegrías y los disgustos. «Con seis años ya pisé el Viejo Zorrilla y vi a Gilberto, Pepín, Moré…», añade Ordax.

Cada uno tiene una historia o más de una. Pero en todas termina apareciendo su Real Valladolid. Da igual que se tengan 83 o 23. Da igual que sean 63 Ligas o 20 o incluso 10. El amor y la pasión por unos colores, por un club y un equipo perviven.

«Es muy importante para la ciudad y es triste que se pueda ir de las manos», resume el número 1.