Momo Sissoko no está teniendo el regreso esperado a la Liga española. El mediocentro malí fue una de las apuestas en el pasado mercado invernal en el Levante, pero no ha arrancado. Un jugador de contrastada carrera internacional que firmaba por seis meses en previsión de ampliar contrato. Sobre el papel, un temporero de lujo. Pero a Momo las cosas no le están saliendo como esperaba. Una inoportuna tendinitis en el tendón de Aquiles le está frenando su progresión y salpicando de dudas su futuro en el Levante.

Ahora, el jugador lucha por revertir su situación. Si algo tiene claro es que quiere devolver la confianza que el Levante le mostró. Sissoko se ha dejado la piel desde que aterrizó en Orriols. Llegó a Valencia, el último día del mercado invernal, pasado de peso tras varios meses sin equipo y se volcó para estar disponible lo antes posible. Horas extra de trabajo, carreras por el río de Valencia y mucha horas de terapia con los técnicos.

Todo para ser uno más lo antes posible. Tras acumular 167 minutos de competición oficial (su aportación ha pasado por cinco ratitos en partidos y la titularidad en el Bernabéu) llegó el jarro de agua fría.

La vuelta a la competición le ha provocado una dolorosa inflamación en el tendón de Aquiles, lo que le ha impedido entrenar durante diez días. El pasado lunes pudo calzarse las botas, lo que supone un gran paso, pero el dolor sigue ahí. Ayer siguió su plan de readaptación y comenzó a tocar balón.

El jugador está descartado para la trascendental cita an- te el Getafe —el Levante puede sellar la cuarta salvación el sábado—, el objetivo del malí es estar disponible para las cuatro últimas jornadas de Liga. Si todo marcha normal, el Levante se jugará bien poco, pero el futuro de Sissoko sí que va en ello.

Noticia: MARCA