El aficionado pucelano ya echaba en falta a algún jugador de procedencia remota que pululase por los anexos, expectante a que el entrenador de turno le diera una oportunidad profesional. Personajes de índole diversa han intentando aprovecharse de un Club necesitado de efectivos como es el Valladolid. Desde un fondón Labinot Harbuzi, militante en equipos de divisiones de honor suecas, hasta un hombre que más bien podría jugar en el equipo de veteranos como Jouad Zairi. Otros, con más suerte y no mucha más calidad, llegaron para quedarse, caso del exótico Heinz Barmettler u otros pufos de gravedad mayor como Saná o Razak, actualmente perdidos en devaneos con equipos de poca monta.

El último caso fue el de “Momo” Sissoko, una excepción entre la mediocridad de los opositores a jugador del Club blanquivioleta. Alegando a su deleznable forma física, el centrocampista francés no llegó a enfundarse la elástica morada por cuestiones muy diferentes a las reveladas. El Levante, finalmente, pescó un fichaje de quilates que hubiera venido como agua de mayo a un Valladolid titubeante en las profundidades de la tabla.

Ya cerrado el mercado invernal, los castellanos han sumado a filas a Mitrovic y aJeffren, aunque la lesión de este último es un contratiempo con el que no se contaba. Lasituación está tensa: la marcha de Ebert, una enfermería a rebosar y resultados que no valen de nada. Como es habitual, el plazo de fichajes deja a algunos jugadores en la estacada, en el mismísimo paro, con carta de libertad; algo que el Valladolid aprovecha como el que más. Han sido ya el alemán mencionado, Rukavina, Sastre o el propio Jeffren quienes vinieron de esa forma. Uno de los casos en los que el jugador no encuentra equipo antes del cierre de mercado es el de Quincy Owusu-Abeyie, más conocido comoQuincy.

El extremo izquierdo decía adiós a su último equipo, el Panathinaikos, hace alrededor de dos meses, cuando Giannis Anastasiou, entrenador de los helenos, dejó de confiar en él después de que llegara dos años atrás con Jesualdo Ferreira. Ciertamente, el ghanés nacido en Holanda no ha recalado definitivamente en ninguno de los equipos que han vertido su confianza en él, siempre ha sido untrotamundos con una dilatada experiencia en el balompié europeo y asiático.
Trayectoria

Quincy James Owusu-Abeyie (Ámsterdam, 15-04-1986), empezó su carrera en su ciudad natal, en el filial del Ajax, cantera prolija en buenos jugadores, exportados desde siempre a toda Europa y fuente de la que bebió La Naranja Mecánica. Una temporada después, ojeadores del Arsenal se fijaron en el joven extremo y, por consiguiente, se lo llevaron a Inglaterra, cuna también de grandes futbolistas y máxima atracción para mancebos inexpertos que buscan saltar a la palestra del picadero europeo.

Pronto fue ascendido al primer equipo londinense, con el que disputó quince encuentros, entrando más bien poco en los planes de Arsène Wenger. Al año siguiente, elSpartak de Moscú, aventurado a conseguir una futura estrella, desembolsó dos millones y medio de euros para hacerse con sus servicios. Entró de lleno en los planes del fallecido Vladimir Fedotov y en los del actual entrenador ruso, un viejo de la Liga, Valeri Karpin. En el Spartak jugó en varias etapas -2005, 2006, 2007, 2008, 2009 y 2010- alternando su presencia en la ciudad del puerto de los cinco mares con cesiones en otros equipos, como en el Celta de Vigo, donde no acabó de cuajar. En el Birminghamde McLeish, a pesar de haber pagado un millón por él, tampoco explotó; cierto es que no gozó de la confianza y continuidad que un chaval necesita para llamar a las puertas de un grande del viejo continente. De hecho, Quincy nunca se acostumbró a la dureza del fútbol inglés.

Otra vez en el Spartak, de cesión en cesión, volvió a caer en manos del fútbol inglés, aunque de territorio escocés, el Cardiff City, dirigido por aquel entonces por Dave Jones, actual técnico del Sheffield Wednesdey. Hicieron una temporada aceptable aunque sin conseguir el ansiado ascenso que llevaban décadas esperando. Tuvieron que conformarse con una cómoda pero inválida séptima posición en la que Quincy no tuvo mucha relevancia. Su presencia en el plantel liguero local era paupérrimo, y casi nulo a nivel internacional. Siguiendo con su periplo por los terrenos de juego anglosajones, elPortsmouth decidió ficharle aunque, nuevamente, el joven de raíces ghanesas no daba el espectáculo que el aficionado de Fratton Park esperaba. De nuevo fue rescatado por elSpartak, aunque se ponía punto y final a su idilio con el conjunto ruso, pese a haber cuajado una temporada nada desdeñable.

En la 2009/2010 es fichado por el Al-Sadd catarí, por nada más y nada menos que tres millones y medio de euros, coincidiendo con Raúl en su segunda vez en el Club, después de ser cedido al Málaga, dónde, por cierto, embelesó a Jesualdo Ferreira, quién, a la postre, decidiría llevárselo a Grecia. Tras su efímera y triste estancia en España por los incidentes acaecidos con Pellegrini, volvió al país de los rascacielos y futbolísticamente conocido por acaparar estrellas obsoletas, Catar.

No llegó a disputar ni un solo encuentro cuando el ex entrenador luso del Málaga le incorporó a su plantilla, ahora en la modesta liga griega, en donde, a pesar de no hacer grandes números, ha vivido sus mejores momentos como profesional del fútbol. Actualmente, aproximadamente dos meses después de romper cualquier lazo que mantuviera con el equipo de “El trébol”, el conjunto que mejor posicionado está para hacerse con su fichaje es el Real Valladolid, que le someterá a diagnóstico días después del choque ante el Atlético de Madrid.

En cuanto a su participación con la selección, con Holanda se ha formado en lascategorías inferiores, hasta la sub-21. En el 2007 decidió tomar parte en la selección ghanesa, quedando tercero en la African Cup del año posterior y disputando elMundial de Sudáfrica de 2010 con el combinado africano, con el que, previsiblemente, no pasó de cuartos de final.
Estilo de juego

Owusu-Abeyie juega como extremo en ambas bandas aunque la derecha, dado que es diestro, es su preferida. También ha llegado a ocupar la posición de delantero. Sin duda alguna, su mejor atributo es su velocidad, ya mostrada desde la adolescencia, cuando el Arsenal fijó sus ojos en él. Es ágil y tiene un exquisito control de balón, por el contrario, los centros al área no son su fuerte, acaso se trata de un extremo llegador, con pegada, con poco gol pero muy efectivo cuando incurre en banda, desplazándose hasta la frontal. Supondría una gran incorporación para el Real Valladolid si se oficializa aunque, analizando los puestos cercanos a la línea de cal, los albivioletas tienen bien salvaguardadas esas posiciones. Larsson en la derecha está haciendo unos magníficos partidos, tanto es así, que la ausencia de Ebert es meramente anecdótica. Sus pases, de ensueño y su empeño, incontestable.

En caso de lesión del sueco, Valdet Rama podría adaptarse para jugar en tal banda, dado que es ambidiestro y, por último, el flamante fichaje, Jeffren, que lesionado nada más entrar al campo, tendrá que guardar reposo durante varias semanas, lo que obliga al técnico alicantino a buscar rápidas soluciones que ayuden a la concatenación de buenos resultados. En la izquierda, más de lo mismo. Omar como ejecutor principal en esa posición, Rama como revulsivo en las segundas partes y Bergdich, lateral reconvertido, como ocasional parche. Quizá Juan Ignacio haga de Quincy su “banda izquierda”, dotándola así de versatilidad, experiencia, velocidad punta y calidad, tintes que le suelen faltar al canario, habitualmente titular en esa posición.

En el siguiente vídeo se muestran las cualidades de Quincy cuando contaba con menos de 20 años, en un partido frente a Japón: velocidad, regate y buen trato de balón. Unjugador completísimo del que ojalá aficionados al fútbol español en general y el respetable pucelano en particular, puedan disfrutar. Quincy Owusu-Abeyie, genio y figura.