El presidente había ofrecido 52.000 euros brutos, más una prima de 250.000 por la permanencia, si estaba disponible el 80% de los partidos

Con el teléfono en la mano y sosteniendo sus argumentos con los mensajes a la vista del representante de Mohamed Sissoko, ‘Momo’ para apuntalar sus argumentos. El presidente del Real Valladolid se desahogó esta mañana ante los representantes de los medios de comunicación en la zona mixta del estadio Zorrillla, para sacudirse la responsabilidad de una chapuza de negociación para el fichaje del medio centro maliense de origen francés Mohamed Sissoko, que esta semana pasó por Valladolid y se sometió a varios reconocimientos médicos antes de iniciar la negociación de un contrato que hubiera vinculado al medio centro con el Valladolid por lo que falta de temporada.

Carlos Suárez confirmó que el resultado de los análisis médicos fue buena y que, probablemente el jugador hubiera necesitado un mes de puesta a punto, pero que estaba en condiciones de jugar. El presidente facilitó, incluso, las cantidades ofrecidas al jugador por su fichaje: 52.000 euros brutos por lo que queda de temporada «y un ‘bonus’ de 250.000 euros si se conseguía la permanencia, siempre y cuando el jugador hubiera estado disponible para jugar al menos el 80% de los partidos.

«Voy a colgarlo en Internet»

Tan enfadado estaba el presidente del Real Valladolid con las versiones que han circulado sobre el fallido fichaje de Sissoko, que llegó a decir que colgaría en Internet los mensajes telefónicos del agente del jugador, en los que se demuestra que fue un posible interés de un equipo de la liga inglesa, el Crystal Palace, el que pudo desbaratar la operación cuando ya se habían hecho los exámenes médicos y solo faltaba cerrar los términos del contrato. Suárez demostró con los mensajes del representante de Sissoko que se echaron para atrás, le dieron plantón e, incluso, llegó a esperar al representante en un banco, frente al bar de Recoletos donde estaba «escondido» para no ser localizado.

Carlos Suárez habló también de las disculpas de última hora para retrasar la negociación. «Me dijeron que el lugar de entrenamiento estaba a más de cuarenta kilómetros, que el gimnasio era pobre…». El presidente del Real Valladolid aseguró que tras reprochar a los negociadores su actitud decidió olvidarse del medio centro maliense.