Juan Ignacio valora la unión del grupo y la comunión con la grada, un aspecto “esencial que debe repetirse hasta el final de la campaña”

Juan Ignacio era un hombre satisfecho. Plenamente satisfecho. Su equipo se había batido el cobre ante el equipo revelación, había superado sus miedos, había vuelto a dejar la portería a cero y, lo que es más importante, había vuelto a ganar. El Pucela tomaba aire y marcaba el camino a seguir hasta el final de la temporada.
“Espero que el día de hoy sea un verdadero punto de inflexión. Ha habido unión en el grupo, hemos creído y hemos estado impecables en defensa. También quiero destacar la comunión con la grada, ha sido algo esencial que debe repetirse todos los partidos”.
El técnico alicantino quiso centrar la atención en el gran partido de todo el equipo, aunque tuvo que destacar a Rueda y Mitrovic y también tuvo que hablar sobre Ebert. “Ha venido esta mañana y me ha dicho que no estaba para jugar, yo no he querido perder un ápice de mi energía porque estaba muy concentrado en el partido. Es una cuestión de Club, pero insisto en que cuento con los que quieren morir en el campo, como ha pasado hoy”.
Por su parte, Marcelino era la otra cara de la moneda. Estaba disgustado con su equipo y reconoció que la victoria se la llevó el conjunto que más la necesitaba. “Ellos han sido mejores y, sin muchas ocasiones, se han merecido el triunfo. Han puesto más intensidad y el gol les ha dado confianza”.