Diego Mariño no solo es el único gallego en la plantilla del Real Valladolid, sino que es natural de Vigo, y el del lunes será, como siempre suele pasar en estos casos, un partido especial. El lunes visita el José Zorrilla su Celta, club que nunca llegó a llamarle cuando empezaba a despuntar en el Areosa, pero al que, por sus declaraciones, no le guarda rencor alguno. «Es el equipo de mi tierra, donde empecé a ver fútbol de Primera y a coger el gusto por el fútbol. Es especial porque familia y amigos estarán muy pendientes del partido», señalaba ayer.El portero blanquivioleta jugó en la Escuela del Rápido de Bouzas, en el Sárdoma o el Areosa antes de que el Villarreal se cruzase en su camino. Pero a Balaidos iba con su familia: «Era pequeño y me gustaba el fútbol. El Celta estaba en años muy buenos, en Primera, con grandes equipos». Aunque reconoce que de pequeño sí podía tener ilusión por vestir la camiseta celtista, ahora ya ha desaparecido: «Me alegro de que le vaya todo bien, que esté muchos años en Primera. Pero, ahora miro por mi equipo, el Valladolid, y defender sus colores a muerte». Por eso ni corazón dividido ni nada, su familia quiere que el lunes gane el cuadro blanquivioleta. ¿Sus amigos? «Son más cabroncetes, más celtistas, pero la familia está conmigo», sonríe.Con todo, el encuentro se presenta casi como una final. Los de Juan Ignacio necesitan una victoria para salir de los puestos de descenso. Mariño, titular en todo lo que va de Liga, es consciente de ello: «No solo por no haber ganado en casa sino por la importancia del partido, por ser un rival directo, por ser tres puntos muy importantes y romper esa racha de cinco encuentros sin conseguir la victoria. Queremos conseguir una victoria moral contra un rival directo y salir un poco de abajo y afrontar estos últimos partidos con más motivación».Ayer hablaba de que quizá haya faltado contundencia atrás o bien cerrar los partidos y aprovechar los errores de los rivales como claves de la mala racha. «Es un partido que no se nos puede escapar, debemos hacer las cosas bien, mantener los 90 minutos la concentración y ganar. No podemos regalar más puntos en casa», afirmó con rotundidad. Pero no quiso usar la palabra ansiedad… sí inquietud «por la situación y las ganas de darnos una alegría y dársela a la afición (…) Sabemos que tenemos más calidad para estar más arriba y hacer mejor las cosas». ¿Y la solución? «Estar más juntos en líneas», respuesta común en todo el vestuario.Alegre por el partido de Jaime«Lo he dicho muchas veces, me ayudó mucho a integrarme en el equipo desde mi llegada, mantenemos una muy buena relación. Hay una disputa de un puesto de por medio pero no hay maldad ni nada, disputa sana. Los dos queremos jugar y ahí está la pelea por el puesto». Mariño hablaba así ayer de Jaime, su rival por la titularidad en la portería. El manchego cuajó una gran actuación en el partido copero ante el Rayo Vallecano, de lo que sea congratula el gallego: «La verdad es que estuvo muy bien, le salió un buen partido. Me alegro porque está aportando mucho, trabajando muy bien…».A pesar de esa rivalidad, ambos mantienen una buena relación y es muy fácil verles bromear e incluso realizar algún juego ajeno al entrenamiento. Ahora, tras el partido ante los vallecanos, Juan Ignacio puede tener dudas: «El míster es el que decide. Estoy tranquilo con mi trabajo, entrenando bien, haciendo las cosas bien. Al final es papeleta del míster».Con todo, Mariño asegura que siempre siente la presión de Jaime, en el buen sentido de la palabra: «Fáciles en ningún momento me ha puesto las cosas.Desde el momento que llegué aquí había una rivalidad, todos luchamos por un puesto, ni me lo ha puesto fácil ni me lo pondrá».Link: http://www.eldiadevalladolid.com/noticia/ZE0C66DA2-0C83-A946-4391BCE1517ECE33/20131212/mariño/vigues/corazon/blanquivioleta