El Valladolid tenía a punto su fichaje cuando de repente el asturiano se marchó al Celta

La salida de Miroslav Djukic del banquillo del Real Valladolid el pasado verano provocó que la Directiva blanquivioleta comenzara una intensa búsqueda para encontrar un sustituto de garantías para el entrenador
serbio, que cuajó dos excepcionales temporadas en Zorrilla con un ascenso a la élite y una holgada permanencia en la máxima categoría del balompié español.
Habitualmente, la decisión de contratar a un técnico corresponde casi en exclusiva al presidente y máximo accionista del Real Valladolid, Carlos Suárez, que también atiende los consejos de la Dirección Deportiva, pero que termina guiándose por sus propias impresiones. Así, el dirigente pucelano puso sus ojos en Luis Enrique y comenzó la tarea de intentar cerrar su fichaje.
En plenas negociaciones, y cuando el acuerdo final parecía al alcance de la mano, Luis Enrique aceptó el ofrecimiento llegado desde Vigo y firmó con el Celta de manera casi instantánea, dejando plantado al club blanquivioleta y a su presidente con la sensación de haber sido traicionado.

Reacción de Carlos Suárez


Inmediatamente después, Carlos Suárez se decantó por Juan Ignacio Martínez y el técnico alicantino se convirtió en el nuevo capitán de la nave vallisoletana, cuando el calendario empezaba a ajustarse y se acercaba el momento de comenzar el trabajo de la pretemporada.
Ahora, medio año después de aquel convulso mes de junio, Luis Enrique encabezará la visita del conjunto olívico al estadio José Zorrilla para sentarse en un banquillo que estuvo a punto de ser el suyo.

Noticia: MARCA