El conjunto dirigido por Juan Ignacio Martínez acaba la octava jornada con 6 puntos en el décimo séptimo lugar de la clasificación

El parón de octubre le llega al Real Valladolid en el momento justo en todos los sentidos. En el deportivo, para descansar, trabajar, y corregir los errores que haya podido cometer en las primeras ocho jornadas. Y lo hace tras haberse medido a cuatro de los cinco primeros, o seis de los diez mirándolo más ampliamente.
Y además, para recuperar jugadores, ya que en una plantilla de 22 jugadores, tener seis ausencias es un lastre demasiado pesado, y si se trata de al menos de tres titulares fijos, y otros tres que pueden tener un papel relevante, el castigo es mayor.
Solo un triunfo, tres empates y cuatro derrotas, para haber encajado 13 goles y anotar 7 tantos. Esos son los números que cosecha este Real Valladolid de Juan Ignacio Martínez que acaba esta octava jornada en el puesto 17 con seis puntos, los mismos que el que le antecede, el Celta, y dos de los equipos que están en puestos de descenso: Osasuna y Rayo. El último clasificado es un Almería  que maldice los últimos diez minutos de partido.
El lado positivo de la derrota en Barcelona es ese, que aguantó durante 45 minutos a un auténtico equipazo, y que sigue fuera de los puestos de peligro. Y también, que no ha perdido contra ningún rival directo por la permanencia.
El calendario ha sido complicado en este inicio, y todavía seguirá siéndolo en las siguientes jornadas, tras recibir al Sevilla el domingo 20 en Zorrilla. Todavía quedan 30 jornadas, 90 puntos en juego y tiempo, mucho tiempo para que este Real Valladolid acaba de carburar y arranque, porque a tenor del juego ofrecido, los seis puntos es un escaso bagaje para un equipo que ha merecido algo más.