Iván Cédric cumplió, este viernes, el sueño de cualquier joven delantero. Y, al mismo tiempo, hizo soñar a toda una afición. Titular con el primer equipo en el arranque de temporada, el delantero del Promesas devolvió esa confianza con lo que mejor sabe hacer, golear. Suyo fue el primero ante el Sporting, muchos los sentimientos en estos días y estas últimas semanas, pero él mantiene la tranquilidad y el foco fijo en el objetivo de trabajar duro cada día para seguir ganando oportunidades.

«Lo intento llevar con tranquilidad, con la mayor normalidad posible, con los pies en la tierra» afirma el atacante, quien ha recibdo el cariño de la afición y la ilusión de familiares y amigos, sabedor de que «esto es muy complicado, hay que trabajar cada día muy duro para que sigan dando oportunidades como esta». 

Como un premio a la temporada pasada y a la pretemporada realizada este verano, Cédric comparte que «cuando el míster dio la alineación la recibí con mucha ilusión y muchas ganas de devolverle la confianza que me ha dado». Unas semanas «bonitas y especiales» y un futuro en el que seguir el mismo camino, «haciendo todo lo que vengo haciendo, trabajar más duro para que sigan saliendo las cosas así y mejor».

Sobre el gol, ese 1-0 en el minuto 20 en un Estadio José Zorrilla con casi 17.000 espectadores, relata que «sabía que Ivi iba a encarar, intenté quedarme para ganar el espacio en el segundo palo, puso ahí el balón y solo tuve que empujar». Golear en el templo blanquivioleta, un sentimiento «increíble, meter un gol con tanta gente aquí, muy bonito» y que fue digiriendo con el paso de las horas: «Más en frío, cuando estaba en casa, te das cuenta un poco más; en el campo con la emoción y la concentración no eres del todo consciente».

Palabras, emociones, goles que son la punta del iceberg de mucho trabajo. Con humildad, con ese sentido del esfuerzo para seguir optando a participar con el primer equipo, se despide con sonrisa tímida. ¿El primero de muchos? «Ojalá».