“El paso es de gigante y la sensación es que estás virtualmente salvado”, dijo Sergio González tras el importante triunfo del Real Valladolid frente al Alavés. Pero el técnico, al igual que Joaquín, abogó por mantener los pies en el suelo para celebrar la permanencia. Eso sí, no escondió que el 1-0 de este sábado supuso “una alegría muy grande”.

“Es normal que estén con esa alegría porque se han quitado un test de encima”, señaló Sergio, quien comentó el deseo de “conseguir esos 40 o 41 puntos” que se marcó para certificar la salvación matemática. “El equipo tiene mucha fortaleza mental. Estos partidos les hacen crecer muchísimo. Nuestra misión va a ser que no se desconecte nadie”, expresó.

Para llegar a estos 39 puntos que le colocan 10 por encima del descenso -más el golaveraje-, el entrenador blanquivioleta destacó el trabajo “muy acertado de todo el staff” y de todos los que forman la familia del Real Valladolid. El primer paso lo dieron durante el confinamiento, según explicó: “Teníamos que intentar minimizar el error. El trabajo de los futbolistas en sus casas fue brutal. Han creído en el mensaje que les dimos de que todos iban a tener su parte de protagonismo en el objetivo”.

Sergio recordó el triunfo que se le escapó al Pucela frente al Levante UD, pero tenía claro que la recompensa le iba a llegar. “Si compites y te entregas, el fútbol te la tiene que devolver. El otro día nos merecimos una victoria muy holgada y no la conseguimos. Hoy el partido era más de empate. Ese balón parado nos ha dado los puntos hoy”, dijo.

El técnico blanquivioleta comentó que el de este sábado “no ha sido un partido bonito”. “Los dos equipos estaban atenazados, muy imprecisos con el balón, con sensaciones de no querer perder. Nos han propuesto un partido para pillarnos en transiciones. El partido ha sido espeso por el exceso de responsabilidad. En la segunda parte hemos intentado dar mucha frescura a las bandas y buscábamos centros laterales para pillar al Alavés hacia atrás”, resumió.