Si hay una cosa que me llama la atención entre lo mucho que se habla entre los aficionados al Real Valladolid, son las críticas a Óscar Plano. Es cierto que son puntuales y de un porcentaje muy bajo de la afición (al menos esa es mi sensación), pero no dejan de sorprenderme.

Desde que Sergio González aterrizó en Valladolid, el jugador mostoleño, ha ido convirtiéndose poco a poco en el “sobrinillo” del técnico catalán; apelativo que ya se ganó Don Álvaro Rubio en la gloriosa época de Mendilibar. Hay quien no comprende esta predilección de Sergio hacia el “10” del Pucela, sin embargo, aunque opiniones hay una por cada aficionado y para gustos están los colores, en mi humilde opinión dicha pasión está sobradamente fundamentada.

No cabe ninguna duda de que Óscar Plano es uno de los tres o cuatro jugadores con más calidad de la plantilla blanquivioleta y quizá esto es lo que juega en su contra en muchas ocasiones, así como el hecho de portar un dorsal tradicionalmente destinado al mejor jugador del equipo. De Plano siempre se espera más en el terreno ofensivo porque sabemos de lo que es capaz, lo hemos visto dar pases mágicos y sacarse de su chistera algún que otro golazo con movimientos de crack. La exigencia es buena pero hay que saber dónde estamos y quiénes somos, y eso Plano lo sabe bien. El “sobrinillo” de Sergio es, ante todo, un currante del fútbol que ha llegado a jugar en primera división a base de ser ese jugador que todo entrenador quiere en el campo; sacrificado por el equipo, intenso, luchador, solidario y, además de todo esto, buenísimo y capaz de inventar con el balón en los pies. 

Obviamente no todo van a ser flores, el Valladolid tiene un verdadero problema ofensivo que pasa enparte por él, pero no completamente. Está claro que le falta algo más de esa chispa que ha tenido en otros momentos y que seguramente se encenderá en algún momento, pero eso también pasa porque el equipo,en su conjunto, de una vuelta de tuerca al aspecto ofensivo ya que Plano es un jugador que necesita asociarse con sus compañeros para mostrar su mejor versión en ataque. Y digo en ataque porque lo mejor del madrileño es, que cuando no brilla en la parcela ofensiva, su trabajo a destajo, su entrega y su despliegue físico lo hacen indiscutible para Sergio. Hay ciertos jugadores que cuando no están bien empeoran al equipo y es mejor darles un descanso, sin embargo Óscar Plano, nunca resta; puede que no sume demasiado en algunas ocasiones, pero nunca resta. Dicho de otra manera, no creo que Plano sea ese tipo de jugador que “¡necesita banquillo para ver si espabila!” como he escuchado en alguna ocasión.

Claro está que todo esto son sensaciones y gustos pero para refrendarlo he consultado las estadísticasde la liga por curiosidad. Al margen de ser, como todos sabemos el máximo goleador y asistente del Pucela y el tercer jugador que más minutos ha disputado hasta ahora, compruebo que es también el tercero que más balones recupera por detrás de Olivas y Míchel. Pero no solo eso; si extendemos esta clasificación al resto de jugadores de la liga, nos encontramos con que Óscar Plano es el jugador teóricamente ofensivo con mayor número de robos de balón de todo el campeonato. También el que más faltas comete del Real Valladolid, lo que da una idea de su intensidad con una diferencia sustancial con la pasada campaña; en esta no recibe tantas tarjetas, lo que puede ser sinónimo de una mayor adaptación a la categoría.

En el terreno ofensivo, aparte de goles y asistencias, vemos que Plano es uno de los jugadores más participativos del equipo. Con 361 pases y un 75% de efectividad, solo le superan los centrales, Masip, Nacho y Míchel; lógicamente siendo uno de los jugadores que más tiempo está en el césped y su posición quizá no tenga mucho mérito. Sin embargo,también es el jugador que más ha disparado a puerta en lo que llevamos de liga (8), el tercero en disparos totales (23) y el jugador que da más pases claves junto a Nacho de la plantilla blanquivioleta (1 por partido).

Queridos lectores, puede que me ciegue un poco la pasión por este jugador así como el hecho de su condición de mostoleño -pueblo al que me une un cariño especial- pero por todas estas razones y por el compromiso que ha demostrado hacia el Pucela, yo me confieso “Oscarplanista” hasta la médula y si yo fuera Sergio, también estaría siempre en mí “once”.