Joaquín Fernández y Kiko Olivas, compañeros en el Real Valladolid, en el minuto 49 del encuentro estaban defendiendo un córner botado por el Getafe.

Ambos saltaron a por el balón, que se dirigía peligrosamente a la portería de Jordi Masip, en el salto Joaquín sufrió un fuerte golpe involuntario por parte de su compañero Kiko Olivas que le ocasionó la rotura de tres piezas dentales.

El centrocampista del Valladolid tuvo que ser atendido por las asistencias médicas de su club y, aunque pudo continuar hasta el pitido final, su dolorida encía no paró de brotar sangre.