La liga ha sufrido este fin de semana su enésimo parón por la disputa de los compromisos de las selecciones nacionales y con el partido ante el Sevilla en el horizonte, es buen momento para repasar como le está yendo al Real Valladolid en este primer cuarto de la competición. Tras13 jornadas disputadas, el balance de puntos es bastante aceptable. Un inicio de liga similar al del pasado año tanto en resultados como en juego, lo que lleva a pensar que viviremos una situación parecida al final. Un comienzo con luces y sombras que no debe hacernos olvidar donde nos encontramos.

Seguridad defensiva sí, pero…

El buen trabajo en la retaguardia ha sido, probablemente, la nota más destacada en esta primera parte de la temporada. La sorprendente entrada de Salisu desde el primer partido ha influido y mucho en esta seguridad defensiva. El ghanés se está adaptando a la perfección a la máxima categoría y es indiscutible en el perfil izquierdo de la zaga. Si a esto unimos el gran estado de forma de Kiko Olivas, que vive su mejor momento de juego desde su llegada, tenemos el cóctel de centrales perfecto. Sin embargo, no solo hay que destacar a los centrales, jugadores como Nacho y sobre todo Moyano, en línea ascendente, están dando un gran rendimiento. El trabajo incansable de hombres como Plano, Ünal, Toni o Waldo en su momento, son un elemento clave en la parcela defensiva así como la pareja de mediocentros. En este último apartado hay que destacar fundamentalmente a dos hombres: Fede San Emeterio y Joaquín. El cántabro entró en el equipo con la lesión de Alcaraz y ha demostrado ser un jugador de primera división dotando al equipo de un empaque y consistencia que hace tiempo no veíamos, lástima de la inoportuna lesión que lo apartó del equipo durante varios partidos. Del mismo modo, Joaquín tuvo que entrar en sustitución de Fede tras la lesión de este y en los encuentros que ha jugado ha aportado presencia física y colocación. 

Pese a que todo parecen buenas noticias en el aspecto defensivo, el equipo sigue incidiendo en algunos errores colectivos por falta de concentración en momentos determinados y continúa sufriendo con los centros laterales más de lo que debería. Corrigiendo estos pequeños detalles no se deberían pasar apuros.

El ataque debe mejorar

Si la defensa es el punto fuerte del Pucela, es evidente que el ataque debe mejorar. Podemos pensar y decir que los delanteros del equipo están en mal momento o que es una racha negativa que terminará. Sin embargo parece que el problema es mucho más profundo. El problema del Valladolid de Sergio no es la falta de remate, sino la escasez de oportunidades que genera, un problema más colectivo que individual. A Sergio le ha funcionado bien el sistema con dos delanteros centro y jugadores de banda, pero es necesario que en la zona de creación haya alguien que haga precisamente eso; crear. A este equipo le cuesta un mundo llegar ya no a la zona de remate, sino a la zona anterior; donde se crea la posibilidad del remate posterior. La idea de Sergio de tener un equipo bien pertrechado atrás, a menudo va en detrimento de esa capacidad ofensiva. Los delanteros apenas reciben balones claros tras jugadas elaboradas y nos limitamos a buscar el centro desde la banda, pero se necesita algo más.

¿Faltan jugadores para ello?, creo que no. Se ha demostrado que este equipo tiene fútbol como vimos en aquel gol de Óscar Plano en el Villamarín. El centro del campo debe participar también en tareas ofensivas y dar más protagonismo a Plano y Toni, quizá centrándolos más y dejando que se busquen. Son dos futbolistas con gran talento, pero deben participar más en el juego para explotar su capacidad de jugar entre líneas y dar el último pase para que el o los delanteros tengan ocasiones más claras. Sergio cuenta con extremos natos como Waldo, Hervías o De Frutos que han participado poco o casi nada y quizá se podría explorar la posibilidad de incluir a uno de ellos para centrar a Plano o Toni. Es algo que también a priori beneficiaría a jugadores con llegada como Míchel o Alcaraz.

Los nuevos apenas participan

Entre las incorporaciones realizadas por el Pucela este pasado verano solo Salisu (que no es un fichaje como tal) se ha hecho con un puesto en el once de Sergio. Sandro tuvo un parón en su progresión por su lesión y ahora tendrá que pelear por un puesto en la delantera pucelana aunque en los minutos que ha disputado ha dejado entrever que, si las lesiones le respetan será importante de aquí al final y ya ha logrado acabar con el gafe que le perseguía. Algo parecido ocurre con Fede San Emeterio que entró en el equipo con fuerza y para asentarse, sin embargo, también una lesión le apartó del césped cuando ya se sentía titular. La entrada y el buen rendimiento de Joaquín en su lugar, aumentan la competencia en el mediocentro y habrá que ver si el cántabro se vuelve a hacer con el puesto. El fichaje con más probabilidades de jugar era Pedro Porro pero su adaptación al sistema de Sergio no está resultando como se esperaba. El rendimiento defensivo de Moyano, hoy por hoy, es superior, mientras que la posibilidad de jugar en el centro del campo limita a un jugador al que jugando de extremo con 4-4-2, el campo se le queda algo corto. Otro que ha entrado con cuentagotas ha sido Barba y, al menos de momento, no se ha acercado al rendimiento de Nacho, probablemente porque no es un lateral al uso.

Del resto de fichajes apenas podemos hablar porque no han contado con oportunidades ni parece que las vayan a tener próximamente. De Frutos tan solo ha participado en 45’ en dos encuentros, mientras que Aguado, Lunin y Javi Sánchez aún no se han estrenado, y no parece sencillo que lo vayan a hacer a corto plazo.

A grandes rasgos esta es la situación actual de un Real Valladolid que está en el camino correcto pero tiene que pulir algunos detalles. Mientras el Pucela siga compitiendo como sabe en todos los partidos y no ocurra como en Vitoria, se puede lograr el objetivo, aunque tocará sufrir. Si fuera fácil no seríamos del Pucela.