El pasado domingo teníamos un cita ineludible para dar la bienvenida al Nuevo, Nuevo Don José Zorrilla; muy emocionante. En el día más importante de nuestro estadio en los últimos casi 25 años, acabamos también dando la bienvenida de nuevo a Don Pablito Hervías que nos volvió a levantar del asiento 15 meses después.

Y es que el riojano lo volvió a hacer. Volvió a colocar un balón imposible en la portería rival y nos dejó, pese al resultado final, con la sensación de que ha regresado para ser de nuevo importante en este equipo como lo fue en el que logró el ascenso en junio del pasado año.

Parece que ha transcurrido un mundo desde aquel 2 de junio de 2018. El Real Valladolid se jugaba entrar en el playoff de ascenso precisamente ante Osasuna y fue Pablito Hervías el que enseñó el camino de la promoción con un gol de falta antológico que puso en pie a Zorrilla. El entonces jugador cedido por el Eibar se había convertido en uno de los revulsivos del equipo de Sergio González y terminó siendo uno de los más destacados del Pucela en el tramo final de la temporada. En la fase de ascenso, calcó el tanto marcado a los rojillos en esta ocasión en semifinales contra el Sporting y repitió pocos días después en Los Pajaritos.

Entonces llegó el calvario. Tras el ascenso, Hervías regresó a Eibar y, pese a que tanto el Pucela como el propio Pablo hicieron todo lo posible por volver a unir sus caminos, Mendilibar se empeñó en quedarse con el riojano. No fue hasta el pasado mercado de invierno cuando por fin Sergio pudo contar con una de sus peticiones expresas tras apenas disputar un puñado de minutos con el equipo armero.

Un fichaje que ilusionó a la afición pucelana que deseaba fervientemente volver a disfrutar de los regates, las carreras y, sobre todo, las faltas de Hervías. Sin embargo, la desgracia se cebaba con el de Logroño que caía lesionado de gravedad y se quedaba sin poder ayudar a los suyos a lograr el objetivo.

Una permanencia agónica entre medias y una interminable recuperación que acabó el pasado domingo. Todosesbozamos una tímida sonrisa cuando vimos que Sergio incluía por fin a Pablo en la convocatoria para el encuentro ante Osasuna, todos aplaudimos cuando lo vimos colocarse el peto y salir a calentar y nos alegramos cuando el entrenador lo llamó a filas para saltar al nuevo césped de Zorrilla. Don Pablito se reencontrará por fin con Don José y el reencuentro no pudo ser más feliz.

A los pocos segundos de entrar en el campo Hervías da una muestra rápida de lo que es. Recibe por primera vez el balón, encara y recibe una falta a 30 metros de la portería. Pablo coge el balón, el perfil del lanzamiento es más para un zurdo pero, pese a la insistencia de su compañero Alcaraz en lanzar la falta, coloca el cuero en el césped; está viendo el lanzamiento, siente que es su momento. Alcaraz se aparta, el silbato suena y Hervías le pega con toda la fuerza acumulada en los meses ausente. Como si cualquier aficionado hubiera escrito el guion, la pelota sube primero para bajar como una exhalación y superar Rubén provocando el delirio de todos los presentes. El 11 del Pucela corre a abrazarse con sus médicos mientras sus compañeros se abalanzan sobre él.

Pablo Hervías ya está aquí y ha vuelto para quedarse. Con él Sergio recupera a uno de sus talismanes que, al 100%, puede ser el jugador más desequilibrante de este equipo. Esperamos verlo y que la suerte, esta vez sí, te acompañe, Pablito.