Aduriz, Balenziaga, Yuri Berchiche y Garitano se reencuentran con sus respectivos pasados en el Valladolid, un club que les marcó en sus carreras tal y como nos recuerda el diario DEIA.

El encuentro es emotivo para Aritz Aduriz, Mikel Balenziaga y Yuri Berchiche, que defendieron al Valladolid en momentos claves de sus respectivas carreras, como lo fue también para Gaizka Garitano en el banquillo blanquivioleta, pese a que el derioztarra no llegara a triunfar. La huella de Pucela está marcada en sus historiales.

Aduriz regresa por sexta vez a la casa que abandonó 14 años atrás. El Athletic le reclamó en un momento de máxima necesidad y el donostiarra no podía dejar pasar el tren. Se había curtido lejos de Lezama en Segunda B, con el Burgos, y en Segunda, con el Valladolid, en el que anotó 22 goles en 52 partidos.

Mikel Balenziaga recaló en Valladolid en el verano de 2011 como uno de los descartes de Marcelo Bielsa. El lateral cumplió dos brillantes campañas a las órdenes de Miroslav Djukic, que le reinventó como jugador. Balenziaga compareció en el equipo blanquivioleta en 75 encuentros, lo que supuso casi el pleno, tanto en Segunda como en Primera División, lo que le valió para que Ernesto Valverde, el recambio de Bielsa, no dudara en repescarlo, en una operación por la que el Athletic también tuvo que pasar por caja.

El caso de Yuri Berchiche es bien diferente. El de Zumarraga salió de Lezama en edad juvenil en 2007 por culpa de ciertos episodios indisciplinarios. Probó en el Tottenham para jugar en su equipo de reservas y después militó como cedido en el Cheltenham Town, de la League One inglesa, pero la experiencia no le satisfizo. El Valladolid le recuperó para su filial en Tercera en la campaña 2009-10 y llegó a jugar tres partidos con el primer equipo a las órdenes entonces de José Luis Mendilibar.

Garitano, en cambio, no disfrutó en el arranque de la campaña 2015-16 en el banquillo del Valladolid, en el que asumió la presión de luchar por el ascenso y en el que solo ejerció durante diez partidos en la categoría de plata después de cerrar su exitosa etapa en el Eibar. El derioztarra, que tuvo a Kepa Arrizabalaga como su portero, solo ganó dos partidos, empató tres y perdió cinco, por lo que fue destituido tras la derrota de su equipo en Palamós frente al Llagostera.