Daniele Verde es uno de los jugadores que llegaron en verano para reforzar la plantilla en primera división. 

Todavía recuerdo la primera vez que le vi, de la mano de Javi Moyano en un partido amistoso de pretemporada contra el Rayo Vallecano en Íscar. Estaba recién llegado y los pesos pesados de la plantilla le “arroparon” desde el primer momento.

Llegó de la mano de Miguel Ángel Gómez, que hizo de cicerone y le presentó a sus compañeros, parecía algo tímido e introvertido, y parece que en las distancias cortas es así, pero cuando pisa el “verde” se transforma.

Los que seguimos más o menos al equipo y vemos los entrenamientos ya le hemos visto de lo que es capaz con su zurda, y lo que más asombra es que es insultantemente joven (22 años) y que aún tiene mucho margen de mejora.

Hasta ahora ha tenido mala suerte con las lesiones y no ha podido formar parte del once inicial, desde hace unos días es cuando está destapando el tarro de las esencias con esa zurda que ya está encandilado al público y a su propia afición.

Es uno de esos jugadores que empiezan a nutrir la “fábrica de Miguel Ángel Gómez y su equipo”, esos jugadores sin nombre contrastado y que no son conocidos todavía, pero que cuando juegan a esto de la pelotita asombran y maravillan, y sobre todo, hacen equipo con su humildad.

Verde esta a gusto en la capital del Pisuerga y entre su gente, según sus declaraciones recientes parece que quiere echar raíces entre nosotros. Solo esperamos que sea por mucho tiempo y que le sigamos disfrutando tanto dentro como fuera del terreno de juego. Estará en los buenos y en los malos momentos y eso nos hará más fuertes de lo que actualmente somos, y de ahí que vuelva a sacar mi frase favorita: SI FUERA FACIL NO SERÍAMOS DEL PUCELA.