El carácter de recién ascendido del Real Valladolid le ubica a la cola entre aquellos equipos que suspiran por un mismo jugador. Ya se han dado situaciones de este calibre y la entidad asume que deberá ser sutil en las negociaciones y seducir a los futbolistas apetecidos con recursos más allá del dinero. Además esta año el Pucela quiere saldar su deuda, por lo que tendrá que pagar 24 millones de euros, lo que supone que será el equipo con menor presupuesto de Primera en gastos de plantilla.

Otro aspecto que se subraya es el de la situación de los futbolistas que todavía desconocen su futuro. La próxima semana echará a andar el grueso de los planteles de Primera División y será entonces cuando las piezas del dominó comiencen a caer unas sobre otras. Los descartes y rescisiones imprimirán un ritmo más alto a la confección del plantel de Sergio González. Asimismo, se han encontrado con casos inasumibles por su elevado precio como el del delantero Borja Iglesias que terminará recalando en el Espanyol a cambio de 10 millones. El mismo camino lleva Darwin Machis, pues las altísimas pretensiones de la familia Pozzo, propietaria de sus derechos deportivos, sitúan lejos su fichaje, la cantidad que piden supera los 3 millones de euros.

Ante esta tesitura, el Real Valladolid se plantea más cesiones que fichajes de jugadores en propiedad, ya que el mercado está muy caro. El propio director deportivo pucelano en una entrevista para el diario AS indicaba este cambio de política: “Tendremos que cambiar esa idea mía de fichar jugadores en propiedad para ver si podemos conseguir jugadores de equipos importantes que puedan llegar aquí cedidos”. 

La dirección deportiva del Pucela insiste en reclamar «paciencia» puesto que “los nombres que podrían cerrarse ya son peores que los que se pondrán a tiro dentro de una semana“. El mercado en lo referente a las posibilidades del club pucelano se mueve muy despacio y habrá que tener  paciencia hasta que se produzcan los primeros fichajes.