Hoy no tengo muchas gana de escribir, pero mi pasión por el Real Valladolid hace que lo haga. No creo que nadie tenga ganas de plasmar sus sentimientos sobre el partido que vimos el domingo en El Arcángel, y lo que es peor, poder ser ecuánime y no dejarse llevar por la mala baba que se nos puso tras el partido, y más cuando vimos que Numancia y Oviedo fallaron en sus respectivos partidos.

El partido en si no fue gran cosa, una primera parte desastrosa y que puedes  adivinar el final, es como una película que has visto más veces y sabes como acaba. Pero fíjate, sorpresas te da la vida, los astros se alinean a tu favor y en el último minuto de esa tediosa primera parte llega el capitán Moyano y marca el 0-1.

Con esta esperanza nos vamos al descanso, y viendo los antecedentes, lo que piensas es que la segunda mitad el equipo saldrá a muerte y como nos tiene acostumbrados hará una gran segunda mitad, pero otra vez la vida te da sorpresas, tras la reanudación si que parece que queríamos más, y que los astros seguían de nuestra parte, un penalti pitado al griego Gianotas nos podía poner con el marcador prácticamente “resuelto”, pero llegó el momento de la caraja: El Griego falla el penalti, y el desastre llegó de lleno.

Luismi en una entrada que no entiende ni él mismo, hace una falta sin sentido y que le cuesta la expulsión (hoy nos enteramos que el jugador del Córdoba tiene fractura de pie). Esto provoca la inseguridad que suele tener este equipo cada vez que tiene que defender un resultado, y llega el empate, en estas el entrenador hace cambios que para mi son totalmente inexplicables.

Quita a Ontiveros, que no estando todo lo bien que en otros partidos era uno de los mejores y todavía conservaba gasolina para seguir, entra por él Cotán, que con todos mis respetos, no tiene ritmo de competición ya que Sampedro no ha contado con él en casi toda la temporada.

La lectura del equipo es echarse para atrás, y defender ese punto a capa y espada, pero este equipo si un defecto tiene es que no sabe defender, por lo tanto echarse atrás es suicidarse. Y ocurrió lo que se temía, el equipo que no había remontado ningún partido está temporada, nos remonta a nosotros, que atrás somos monjas de la caridad.

Es la tónica general de la temporada, la moral frágil de este equipo que en cuánto le hacen ocasiones de gol se viene abajo y lo que sólo pueden ser ocasiones aisladas son un bombardeo continuo y con la inseguridad cada tiro a puerta se convierte en GOL. Pese a tener a uno de los mejores porteros de la categoría llevamos una cantidad indecente de goles en contra, y pese a ello nadie le culpa de ninguno de ellos.

Los últimos rumores apuntan a que Sampedro esta más fuera que dentro, y a mi la verdad es que me parece tarde para eso. Como ya he dicho en la tertulia de Es Radio.

En fin, termino y esperando no ser demasiado pesado, y como he dicho en más de una ocasión, yo solo soy un aficionado y doy mi opinión, y no tiene que ser cierta, pero es la mía y no pretendo ofender a nadie ni dar lecciones, pero lo que sí que siento y se ve cada día más palpable es que el objetivo final se diluye como un azucarillo en café caliente, y eso es lo que como aficionado me duele mucho, otro año más en segunda, y otro proyecto que se va por el desagüe.

Tiras de estadísticas y ves que los equipos que están en primera y consolidados, sin pasar apuros, son equipos con un proyecto que se mantuvo con un entrenador. Puede que sea ese el camino a seguir.

Con todo y con eso vuelvo a repetir,  SI FUERA FACIL NO SERÍAMOS DEL PUCELA. AUPA PUCELA.