Mucho se está hablando del buen trabajo de Luismi, Iban Salvador, Borja, etc etc etc. Pero poco del artífice de todo esto, Luis César. 

Luis Cesar Sampedro no vino aquí con la “ aureola” que envuelven a otros entrenadores, llegó casi de tapadillo y con reticencias en la afición. Era común escuchar eso de “¿ y este con quien a empatado?”. Llego a Zorrilla sin ruidos, con un discurso que el aficionado entendía a la perfección, y que poco a poco con trabajo y constancia esta dando sus frutos.

Saca el mayor de los rendimientos a sus jugadores y ha devuelto la confianza a una afición que terminó muy desencantada con el cúmulo de despropósitos de las anteriores campañas y sobre todo con la pasada.

Los jugadores que en la temporada pasada no servían, este año se destapan como jugadores letales y talentosos que encandilan a la grada con su fútbol y goles.
El trabajo callado y silencioso del mister ,y que queda en segundo plano, esta detrás de esa explosión. Con un fútbol claro y directo, con juego de bandas rápidas y letales, este equipo esta funcionando como un reloj.

Ha confeccionado un equipo donde no brilla un jugador “referente” sino un bloque sólido y bien estructurado y sobre todo efectivo. Con una columna vertebral muy clara y bien definida, este Real Valladolid transmite a la grada ilusión, la ilusión que nos “robaron” en temporadas anteriores entrenadores con más currículum y prestigio pero que se perdieron en experimentos que no venían al caso en un equipo que tenia como meta el ascenso a la Primera División.

Por eso, que sirva este pequeño guiño al hombre que ha cambiado no solo un equipo sino también una afición y esperemos que al final de temporada una Ciudad. Gracias Luis Cesar Sampedro por todo tu trabajo y dedicación. Y Gracias por devolvernos la ilusión perdida tras estos últimos años.