Míchel ha hablado esta mañana de este lunes en rueda de prensa sobre la jugada que le costó la expulsión y dejó al Real Valladolid con diez: “Creo que el árbitro no puede cargarse el partido por una tontería que me dice que ni siquiera ha visto. En la segunda amarilla yo tengo claro que ya tengo una tarjeta y que no puedo entrar en polémicas. El jugador del Huesca me dio una patada cuando ya había dado el pase y simplemente le pregunté instintivamente “¿qué haces?”; nada más, luego él se gira y viene como un loco a por mí, pero yo simplemente levanté las brazos y no hice ninguna intención de involucrarme en nada para que no me pudiera sacar tarjeta, pero vino el árbitro y nos amonestó a los dos. La verdad es que no daba crédito… No lo entendí. Espero que se recurra, que vean las imágenes y me la quiten. Jamás me ha pasado esto porque no soy un jugador polémico ni tarjetero. Perjudiqué al equipo y, si no me quitan la tarjeta, yo también seré el máximo perjudicado porque, además de la expulsión, me voy a perder el próximo partido”.

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