Quien mejor definió a Jofre Mateu fue Miroslav Djukic, con el que no se acabaron de entender en Valladolid: «Parece mentira que seas tan hijo de puta siendo tan buena persona», le espetó el técnico serbio. Y es que este futbolista de banda izquierda siempre ha sido un poco rebelde. El siempre encendía al entrenador de turno, cuando estaba en La Masía , le preguntaron qué había hecho la noche anterior. «Yo quería triunfar en el Barça, no salir por las noches, tenían torpeza a la hora de tratarme», lamenta. Los entrenadores le reclamaban que aparentara más «ambición», que todo fuera fútbol, y él, rebelde, hacía lo contrario. «¿Quieres que llegue 30 minutos antes del entrenamiento? Pues llegaré dos minutos antes «. No necesitaba más. A la hora del partido era de los mejores.
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