La derrota del Real Valladolid en Soria confirmó los enormes problemas que tiene el conjunto blanquivioleta para puntuar lejos de Zorrilla y que, pese a la completa revolución que ha sufrido la plantilla esta temporada, hereda una situación que no se ha corregido desde la pasada campaña.De hecho, el cuadro castellano sólo ha sido capaz de ganar un partido como visitante en Liga en los últimos ocho meses y medio, el que disputó en el campo del Nástic el pasado 16 de octubre (1-2).
Lejos de ser una anécdota estadística, la incapacidad del Valladolid para sumar fuera de casa le tuvo a un paso de perder la categoría la pasada campaña, en la que no pudo ganar ningún encuentro como visitante desde el 12 de marzo, cuando se impuso en el campo talismán del Carlos Tartiere de Oviedo (2-4). Les sirvió para cerrar un desastroso final de campeonato coqueteando con los puestos de descenso a Segunda B. A reconducir la situaciónEsa dinámica sin corregir ha continuado esta temporada, en la que Paco Herrera todavía no ha podido dar la vuelta a una realidad que indica que el conjunto blanquivioleta sólo ha ganado un partido de los ocho que ha jugado lejos de Zorrilla y que, sobre todo, ha sufrido ya cinco derrotas como foráneo. Unos datos incompatibles con la intención de estar situado en la zona alta de la clasificación. Pese a las sensaciones positivas que haya podido ofrecer el nuevo proyecto de la presente temporada, la frialdad de los números indica que el Real Valladolid está repitiendo los mismos errores del pasado. El conjunto castellano tiene los mismos puntos con los que contaba la pasada campaña a estas alturas de Liga. Un Valladolid que no ha encontrado el camino para reconducir su debilidad como visitante.
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