En primer lugar queremos dar las gracias al periodista Ignacio Bailador por participar con Pucela Fichajes dándonos su punto de vista como Testigo Directo en Melgaço, valorando las evoluciones del Real Valladolid de Paco Herrera en Pretemporada. Nuevamente, ¡Mil gracias Nacho! Queridos lectores, disfrutad del artículo: 
Paco Herrera o el exentrenador admirado

Ya estamos en Melgaço con mucho calor y unas ganas tremendas de tomarle el pulso a este nuevo Real Valladolid, al equipo de Paco Herrera. Y es que nunca una expresión fue más descriptiva que decir que un equipo es de su entrenador. En el caso del Valladolid, su perfil como director de orquesta se asemeja al de Mendilibar o Djukic. Dos fuertes personalidades que hicieron historia. Ahora le toca a Herrera. El fichaje estrella de esta temporada es él y lo asume, aunque ya ha dicho alguna vez que no le gusta. Yo siempre presumo la bondad en todas las personas, pese a que algunos se empeñan en demostrar lo contrario. En Paco Herrera es una cualidad que queda en evidencia en cada gesto, en cada palabra. Haber nacido y haberse criado en ese barrio obrero de Barcelona, haber perdido tan pronto a su padre y haber pasado por uno de los clubes de formación más importante de nuestro país, como es el Damm, imprime un carácter especial. Seguro que tiene sus cosas malas, feas, como todos, pero yo no se las he visto aún. 
Ayer, Paco Herrera se emocionó cuando las más 1.500 personas que había en la grada, la mayoría aficionados del Celta, corearon su nombre y le tributaron una ovación como ni siquiera Bondonga logró pese a su partidazo. Herrera es un talismán, un generador de ilusiones, un torbellino que no duda en buscar en cada canterano lo mejor de él para ayudarle a dar el salto. Lo hizo en Vigo, lo hizo en Las Palmas y ahora lo quiere repetir en Valladolid. Canteranos y ascenso, no sería una mala combinación. En Vigo es todo un ídolo pese a que no subió en la primera temporada, ascendió en la segunda, y fue destituido en la jornada 24 en Primera División. Algo tendrá.
Una de las grandes preguntas es cómo querrá jugar este entrenador con la acumulación de mediocentros que hay ya en la plantilla. Sumen a Zambrano y resten a Víctor Pérez. El venezolano está poniendo toda la carne en el asador para quedarse en el primer equipo y su versatilidad para jugar de mediocentro o de interior por detrás del delantero está enamorando a Herrera que no dudará en darle galones si se los gana. De momento, ayer fue el jugador que más minutos jugó. Por su parte, el manchego está más fuera que dentro. El hecho de jugar mucho en los dos partidos iniciales no es más que una cuestión de aprovechar los mimbres  mientras llegan otros más del agrado del propio Herrera y de Braulio Vázquez. Zambrano tiene posibilidades de ser de la primera plantilla del Valladolid, Víctor Pérez, no, y por eso se le busca salida como a Samuel y a Guzmán.
Volviendo y acabando con Herrera. Siempre he dado por hecho que hay jugadores para un entrenador en concreto. El secreto es que el futbolista se dé cuenta de quién le puede sacar el máximo rendimiento. Hay muchos ejemplos en la historia del fútbol y Alex López y Herrera quieren repetir esta ecuación. El jugador, por encima de otras opciones, seguramente más beneficiosas en el plano económico o deportivo ha preferido volver a los brazos de quien le hizo un jugador imprescindible en el Celta. Eso también es un valor como entrenador. Que los jugadores quieran ir donde tú estás. Y no todos los entrenadores tienen esta legión de seguidores. Conozco algunos. Disfrutemos del nuestro.
Ignacio Bailador, periodista.

               Foto: Pucela Fichajes