Cuatro temporadas después de tu llegada, nos dejas. Llegaste sin hacer ruido y, pese a haber militado en las canteras de equipos como el Barcelona, Espanyol y Real Madrid, como un auténtico desconocido. Ambicioso y con una proyección enorme, tu aventura en Grecia ya despejaba las dudas que hubieran podido surgir sobre tu carácter. Una personalidad indiscutible. Esa misma que te ha llevado a ser uno de los líderes del proyecto deportivo del club en estas últimas campañas. Firmaste por dos años pero, tras ganarte una más que merecida titularidad, lo ampliaste dos años más. Hasta hoy. Qué lástima tener que decirte adiós.
Si no voy equivocado, has defendido nuestros colores en 139 ocasiones; recibiendo 133 goles y dejando la portería a cero en 52 encuentros. Números que te han hecho ganar el cariño de una afición pequeña en cuanto a cantidad pero sobrada de calidad. Estadísticas enormes para un club como el nuestro. Estadísticas que indican tu talento individual. Estadísticas que hoy se cierran y se abrirán de nuevo, para ti, lejos de aquí. Valladolid te espera.
En el recuerdo, dejas instantes inolvidables; tanto en lo colectivo (contribuyendo de forma decisiva al mejor Girona de la historia) como en lo individual (el Zamora obtenido esta última temporada es el claro ejemplo de ello). Reconozco sentir cierta inquietud cuando Rubi decide apostar por ti tras la derrota en Villarreal, allá por el 2013. Históricamente, el portero suplente del Girona no ha generado mucha confianza. Creo que la frase en concreto tras verte jugar fue algo así como: “pues no es tan malo”. El típico error de juzgar antes de conocer.
De 2014 es obvio que no puedo quedarme con otra cosa que no sea la mano salvadora de Ponferrada en la penúltima jornada. De no ser por eso hoy no estaríamos aquí. A todas tus cualidades le sumabas la de aparecer en los momentos decisivos. Los minutos te llevaron a crecer a un ritmo altísimo y llegaste a un acuerdo para prolongar dos años más tu contrato. Los dos mejores años que ha vivido el club, sin ningún tipo de duda. Que cerca hemos tenido el ascenso. 
GRACIAS por tanto Isaac. Te has ganado decidir sin que nadie pueda reprocharte nada ya que tu actitud y compromiso con el club ha sido ejemplar hasta el último día. Tus lágrimas sobre el terreno de juego tras la derrota ante Osasuna son una muestra más. Como tu comportamiento hacia los miles de niños que, entregados a ti, sueñan con ser Becerra cuando siempre han querido ser Valdés e Iker Casillas. Algo has sabido hacer muy bien para que eso pase. Algo has sabido hacer muy bien para ser considerado el mejor portero de la historia del club.
Ojalá te sepan querer mejor en Pucela porque quererte más es imposible que suceda. Ojalá hubiéramos sabido hacerlo mejor para retenerte. Ojalá te hubiéramos sabido seducir y hacerte sentir lo suficientemente importante para seguir siendo una pieza clave en un Girona que quiere hacer historia. Te deseo lo mejor en lo personal y en 40 de los 42 partidos de la temporada que viene. Nos vemos en Primera.