lenta, pausada, pero con ritmo. Alguna vez digo algo, e incluso se me escapan los ¡uy!
gritando, pero de pura emoción. Contaba la semana pasada como había tenido el honor de
conocer a una persona que sabía mucho, pero mucho de futbol, y como estuve hablando
con el todo el partido de tácticas. Hablando. Calmado.
Hay personas que esa pasión les pide desbordar. Si no lo hacen, revientan. Literalmente.
No me molestan, pero como he dicho, mi rollo es otro. Aun así, les entiendo. A veces
incluso me gustaría ser de esa manera, pero es que no me sale.
Uno de ellos es mi compañero de andanzas, Jota de la Torre. Que potencia. Que ímpetu.
No temo por mis oídos, temo por su corazón. De verdad. Parece que le va a dar algo. Y
ojo, que no grita barbaridades, grita verdades, como puños, como puñales. Se pone malo
porque nació blanquivioleta, ama el escudo por encima de entidades y jugadores y
presidentes. Y, permítanme la expresión, le jode que perdamos. Y mucho. Lo de Tenerife
fue por la tele, pero seguro que en la isla se podía oír su voz. Desde Valladolid.
El otro lleva por nombre Jorge. Se apellida Santiago. Sobra decir mas sobre quien es.
También se lleva lo suyo. Pero grita de otra forma, aunque el fondo, que es lo que
importa, sea el mismo. Tenemos la gran suerte de tener en este equipo gente que no solo
trabaja PARA el pucela. Trabajan POR el pucela. La diferencia, fuera aparte de la
preposición, es enorme. Uno recibe una nómina y se va a su casa. Los otros, los del por,
se envenenan con cada gol que nos meten. Se entusiasman con cada gol que metemos. Se
ven al borde del infarto por un penalti en contra. Celebran con algarabía cada triunfo de
su Valladolid. De nuestro Valladolid.
Y uno y otro, Jota y Jota, si me permiten ambos, andan pidiendo lo mismo: subid a
Zorrilla y ayudadnos a empujar. Ayudadnos a darles ánimos, porque queda muy poquito,
pero nos jugamos la vida entera. Girona, Elche y Mallorca. Tres. Y dos de ellos en
nuestra casa. Ayer lo pedía por Twitter Jorge: subid, que nos jugamos todo, subid a
Zorrilla.
Grande Jota. Grande Jorge. Con gente como vosotros, el Valladolid vivirá muchos años,
esté donde esté. ¡Grandes! Ojala vuestros gritos les disfrutemos mucho tiempo, pero
mucho.
¡Aupa Pucela!
