Antes del verano pasado era uno de los ídolos de una afición que hoy lo recibirá como el mayor de los enemigos. No se presume un regreso dulce al Calderón para Arda Turan. Pero no es el primero que afronta el trance. Mendonça abrió la brecha y Marcos Alonso, Julio Alberto, Julio Salinas y Eusebio siguieron sus pasos. Del último que tuvo que volver para medirse en una eliminatoria ya han pasado 14 años, ya que Luis García sólo disputó la Liga. Juan Carlos, para colmo, arrebató la Supercopa a los que habían sido sus compañeros vestido de culé. “En mi cabeza no estaba irme. Pese a que en mi vuelta fui repudiado y me silbaban, recuerdo mi paso por el Atlético con cariño”, recuerda.

En su último servicio con la zamarra rojiblanca, el exlatateral contribuyó a levantar la Copa de 1991, pero acabó cambiando de acera muy a su pesar. “Yo llegué a rechazar al Barcelona durante dos meses. Acababa contrato y a pesar de que me había llamado Cruyff, mi intención era seguir en el Atlético. Incluso empezamos las negociaciones, pero tuve un duelo de cabezotas con Jesús Gil, discutimos y decidí irme. Tuve que llamar para saber si la oferta seguía en pie”, desvela.

Aunque su etapa a la vera del Manzanares no tuvo el desenlace que hubiera deseado, Juan Carlos siempre se abstrajo de la música de viento. “El caso de Arda es distinto porque se fue tras un acuerdo entre todas las partes, su marcha fue consentida. No veo motivos para que tenga un mal recibimiento, aunque el espectáculo eclipsa a lo demás y eso se queda en anécdotas”, comenta.

Una Champions a la primera

Poco podría imaginar tras su primer no al Barça que estaba rechazando la posibilidad de reinar en el continente, pues su estreno de azulgrana se selló en Wembley. “En mis cuatro años en el Atlético también estuvimos en plazas de Champions. Pero fueron unos años convulsos, para Gil quedar segundos no era una opción y tuvimos nueve entrenadores. En Barcelona viví mis mejores años como profesional. La Copa de Europa fue algo histórico, era tan ansiada que se justifica por sí misma. También gané tres Ligas y jugué otra final. Me quedo con todo lo vivido, no puedo pedir más”, señala.

Tres años que le marcaron a fuego — “Después del Valladolid, soy culé, pero no reniego del Atlético”, reconoce—, pero que no le impiden abogar por el espectáculo ante todo. “Es de los mejores partidos que pueden verse. Está muy apretado, ya no hay tanta diferencia ni favoritos. No se sabe si será más letal la posesión del Barça o los espacios que aproveche el Atlético. Espero que no se rompa el partido con polémicas y que gane el mejor”,desea.