El mercado de invierno suele ser una solución desesperada para equipos y futbolistas que han tenido un mal inicio de temporada y que en escasas ocasiones tiene un final feliz. Sin embargo, el Real Valladolid está encontrando en las incorporaciones del pasado mes de enero el empujón necesario para recortar distancias con los puestos de ascenso a Primera división y, sobre todo, para recuperar la ilusión perdida en una campaña que parecía abocada al fracaso.

El conjunto blanquivioleta incorporó en el inicio de 2016 a Nikos, Borja, Roger y Rennella intentando dar un salto de calidad en la plantilla y todos ellos han cumplido con las expectativas. De hecho, el triunfo de la pasada jornada ante el Llagostera en Zorrilla (3-0) tuvo la firma goleadora de dos de los fichajes de invierno.

La apuesta de Miguel Ángel Portugal por situar en la punta del ataque a Rennella y Roger, cambiando el sistema de juego del equipo, ha tenido como respuesta los tres tantos que ha marcado el delantero francés y los cinco del valenciano. De hecho, el primero de ellos se ha situado en una efectividad de un tanto cada 193 minutos y el segundo en un gol cada 112 minutos; mientras que el máximo goleador de la plantilla, Villar, acumula sus 12 goles con una media de un tanto casa 192 minutos de juego.

Pero la aportación de los recién llegados no sólo se reduce a la capacidad goleadora de los dos delanteros, sino que hay que destacar sobre todo su facilidad para adaptarse al grupo y para hacerse con un puesto en el once titular desde el primer momento. Así le sucedió al lateral griego Nikos Karámpelas, hasta que una lesión muscular le llevó al dique seco, y también en los últimos tiempos a Borja Fernández.

Noticia: MARCA