Hay tres puntos en juego y eso acaba primando sobre cualquier otra cosa, pero el duelo entre el Oviedo y el Valladolid tiene unas connotaciones de fiesta innegables. El hermanamiento entre ambas aficiones convierten el duelo en un ejemplo de lo que debería suceder cada fin de semana tanto dentro de los estadios como fuera de ellos.

La entrada en el Carlos Tartiere rozará el lleno. A ello contribuirá la presencia de más de 1.500 vallisoletanos, que aprovecharán el partido para pasar el fin de semana en la capital asturiana. Habrá quedada de aficionados en los alrededores del estadio para compartir las horas previas y habrá un acto institucional en la puerta 0 una hora antes de que arranque el duelo.

Cuando el balón eche a rodar se acabará el buen rollo. El Oviedo aspira a cumplir algo que se ha cumplida desde la llegada de Sergio Egea al conjunto azul: nunca han perdido dos partidos consecutivos. Los carbayones vienen de romper su racha de 12 jornadas sin perder, tras caer con el Mallorca el pasado sábado.

Egea realizará cambios en la alineación —hasta cuatro confirmó el técnico— y en el sistema. Los azules recuperarán la dupla Toché-Koné en el ataque, lo que provocará la salida de un jugador con respecto al once del pasado domingo. Jonathan Vila, Erice y Míchel se disputan dos puestos, a no ser que el gallego retrase su posición al centro de la zaga. Peña, Nacho López o Fernández y Borja Valle completan las novedades.