Fue protagonista frente a la Ponferradina por méritos propios y también lo será frente al Bilbao Athletic. Kepa Arrizabalaga analiza la situación del Real Valladolid después del empate cosechado el sábado. Un empate que pudo ser derrota si el meta no evita el gol berciano en los minutos finales: «Tuve la suerte de poder pararlas y por lo menos empatar. Estoy contento con mi trabajo y con la progresión. Me estoy sintiendo cada vez mejor. Trato de ayudar siempre al equipo. Es un premio colectivo».
El portero sabe que una de las claves para estar arriba está en la zona defensiva: «De aquí a final de temporada hay que ser más fuertes en casa, tener más pegada e intentar encajar lo menos posible. Siempre tenemos alguna ocasión para hacer gol y esperemos que en próximas jornadas entren. Nos crean menos oportunidades que en estos mismos partidos en la primera vuelta; el equipo juega junto, se conoce más. Siempre que mantengas el cero en tu portería vas a conseguir el empate».
Una de las razones de la poca fluidez puede ser la ausencia del capitán: «Álvaro Rubio nos daba poso y saber estar. Ahora nos está costando sacar el balón tan limpio. Cada jugador que sale lo intenta hacer lo mejor posible». El césped de los campos tampoco ayuda, pero, para el cancerbero, «no vale de excusa. Es lo que hay y no tenemos otra opción. Cuando antes te mentalices, mejor». Comentó de las polémicas declaraciones del presidente Carlos Suárez: «Sabemos que no hicimos un juego fluido como otras veces. No nos sentimos a gusto, pero lo intentamos hasta el final y fuimos intensos. Con el balón estuvimos imprecisos. Yo creo que no fue falta de actitud, ni de ganas, ni de intensidad. No voy a entrar a valorar lo que dice él, será su opinión».
El próximo sábado, el meta ondarrutarra regresa a San Mamés para enfrentarse al filial del Athletic, club al que pertenece: «Es especial volver allí y jugar contra un equipo contra el que nunca has jugado. En San Mamés, con otra camiseta… Será diferente. Es un escenario único. Soy del Athletic y siempre sigo los partidos». Por eso Kepa conoce muy bien a un rival que «tiene que hacerse fuerte para salir de esas posiciones en las que está. No equivale el juego que hace a los puntos que tiene. El partido será muy complicado. Si les dejamos hacer su juego, nos pueden pasar por encima». Eso sí, de momento, el guardameta solo tiene la mente en Valladolid y no quiere hablar de su futuro: «No tengo ni idea de qué pasará en verano».
El cancerbero intentará prolongar su racha de imbatibilidad, con un total de 381 minutos consecutivos sin encajar, ocho partidos con la portería a cero, cuatro jornadas sin encajar un solo gol, tres tantos en contra durante los últimos siete partidos y dos balones encajados en su red durante lo andado en 2016 adornan unos números de infarto. Kepa está aprovechando al límite su cesión desde el Athletic Club. El Arsenal, como en su día el Real Madrid, mantiene una vigilancia sobre el arquero ondarrutarra e internacional Sub-21, al que ve como el sucesor ideal de futuro para Petr Cech, aunque el Athletic lo tiene blindado hasta 2018. Miguel Ángel Portugal, amante de los más jóvenes, que lo heredó de la gestión de Gazka Garitano y del club pucelano con el Athletic, alucina con el propietario de sus tres palos.
