El técnico admite que existen múltiples connotaciones sentimentales que convierten en “especial” la visita a Valladolid · Afirma que aún es pronto para definir los objetivos del equipo y sospecha que todo se mantendrá igualado hasta el final
Rubén Baraja está aprendiendo el oficio de entrenador a marchas forzadas en el Elche. Casi todo es nuevo para él en el banquillo, incluida la siempre emotiva visita a su casa como rival. Baraja había pisado el campo del Valladolid para enfrentarse al equipo de su tierra como jugador, pero jamás como técnico. Una experiencia más que el castellano asume con naturalidad, aunque no oculta que la cita no es una más del calendario, sino muy “especial“.
“Es un partido con muchas connotaciones. Soy de allí, me siento de Valladolid y vuelvo a casa para jugar después de mucho tiempo. Tengo a mi familia allí y a mi hermano en el club. Tengo muchos lazos de conexión y es especial“, ha explicado Rubén Baraja.
El entrenador, sentimentalismos al margen, ha confesado que ha tenido problemas para configurar una lista de convocados. “Me sabe mal tener que elegir entre unos y otros, pero es parte de mi trabajo”, afirma el técnico, quien reconoce que se le hace difícil dejar a profesionales sin jugar.
Una de las novedades en la convocatoria es el regreso de Cifu tras su polémica no renovación, si bien el técnico ha insistido en que su ausencia ante el Mallorca solo se debió a criterios deportivos. “Intento ser justo y llevar a la gente que creo que puede ser mejor, aunque es probable que a veces no acierte”, ha explicado.
El castellano no ha querido exagerar la importancia de los tres puntos en juego en Valladolid, ya que ha garantizado que no serán definitivos. Tampoco cree que sea el momento de marcarle metas al Elche. Opina, sin embargo, que debe ser la competición, tras los resultados del equipo, los que decidan cuál es el objetivo.
“Yo también quiero ver a un Elche entre los mejores, pero en la jornada 20 no se puede hablar de objetivos reales. Lo que tú mismo te ganes es lo que marcará el objetivo”, señala el entrenador, quien aventura que “la Liga estará igual que ahora cuando queden seis o siete partidos para acabar”.
“Habrá 10 ó 12 equipos que pueden meterse en el play-off y siete u ocho que pelearán por no bajar. La Liga será igualadísima hasta el final“, ha dicho el técnico castellano, quien dijo que el Elche intentará alargar todo lo posible con la “llama encendida” de la pelea por el ascenso, “pero sin mirar de reojo hacia abajo porque con dos derrotas se complica todo”.
En cuanto al rival, Baraja considera que el Valladolid está más exigido que el Elche, ya que recuerda que “el año pasado jugaron el play-off y este año el objetivo era el ascenso o repetir“. Aprecia a los castellanos “reubicándose” tras el cambio en el banquillo y, pese a señalar que fueron superados por el Girona, señala que se trata de un equipo con un estilo “definido” que intenta “jugar bien la pelota y tener el dominio del balón”.
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