Con el catalán los granotas rozan el 50% • Regresan a los niveles de JIM • Chutan y pasan más

La posesión del balón y el Levante han sido conceptos antagónicos durante las últimas temporadas. Desde la salida de Juan Ignacio Martínez, el conjunto granota, se ha convertido sistemáticamente en uno de los equipos de Primera división que menos tenía el balón en su poder. Normalmente, si no era el primero estaba en el podio. Parecía que, el que vestía la elástica azulgrana, estaba obligado a vivir del contragolpe que lo del balón no iba con él. Ahora, con Rubi todo eso ha pasado a la historia.

Bajo la dirección del catalán, el Levante vuelve a ser protagonista en los partidos. Los granotas discuten la posesión y van a por el partido.Ya no se especula tanto ni se deja la iniciativa al rival. Ya no hay aprensión al balón.

En los cuatro partidos que Rubi ha dirigido al cuadro de Orriols, los granotas han conseguido una posesión cercana al 50% (49,88%), lo que supone la mayor de las últimas temporadas. Lejísimos quedan el 36,86% que el Levante tenía con Caparrós (último técnico con el que se logró la salvación con solvencia) o el 39,82% de posesión que había con Mendilibar. Con Lucas Alcaraz y su sistema conservador, el Levante llevaba a acaparar la pelota durante el 43,86% del tiempo.

Ahora bien, una mayor posesión de balón no garantiza nada. Ahí está el partido de la última jornada ante el Betis (0-1), pero es evidente que si tienes la pelota y la mueves con criterio es más fácil generar peligro. Con Rubi es así. El Levante del catalán, con su 49,88% de posesión, remata más a puerta y completa más pases. Con Rubi la media está siendo de 4,25 disparos por encuentro. Nada que ver con los 3,05 de Lucas o los desesperantes 1,77 de la etapa de Mendilibar.

Noticia: MARCA