Quique González anunció esta semana que celebraría el gol si marcaba. Y ayer cumplió su palabra. El Pichichi del Almería no se recató y exteriorizó su alegría después de firmar su quinto gol de la temporada. Lo hizo sin importarle que el damnificado de su acierto fuera el equipo pucelano y de su doble condición de vallisoletano de nacimiento y de sentimiento. “El Valladolid es el equipo de mi tierra y me dolió tener que dejarlo y que no confiaran en mí. Pero no tengo nada que demostrarle ni me mueve ningún espíritu de revancha”, señaló el jugador sobre su salida después de 13 años de relación con el equipo de su ciudad natal.