Más de cinco mil kilómetros separan Valladolid de Jerusalén. Un mar que Jesús Rueda (Corte de Peleas, Badajoz, 1987) recorrió este verano. A sus 28 años, cambió el José Zorrilla y la camiseta blanquivioleta que había lucido durante una década (excepción hecha de su cesión al Córdoba) por el amarillo y el negro del Beitar Jerusalem. En Tierra Santa, el central español es el líder de la zaga israelí: en sus últimos dos partidos como titular, su equipo ha conseguido dos triunfos y Rueda ha celebrado su primer gol al otro lado del Mediterráneo.

P: ¿Qué le lleva, tras años en Valladolid, a ‘emigrar’ a Israel?
R: Quería vivir algo nuevo. Llevaba toda la vida en Valladolid y era la oportunidad de salir de España. Pero no tenía elegido el destino. Miré varias ofertas y la que más me agradó fue la de Israel. Te vas lejos, fuera de Europa, pero la experiencia es muy positiva. Es un país bonito, cercano, mediterráneo, con costumbres parecidas a España y en el que no hay grandes viajes. Lo más difícil es el idioma, pero con el inglés te vas apañando. Además, están muy interesados en aprender de tus vivencias. Quieren recibir consejos y te preguntan constantemente.

P: La crisis también ‘anima’ a salir.
R: En España, en general, y en el fútbol, en particular, estamos en una situación complicada. Económicamente, fuera te ofrecen un contrato superior, a lo que añades vivir una nueva experiencia, conocer un país, un idioma… Es un tren que pasa una vez y que no siempre vuelve. Y elegí dar ese paso.

P: ¿Cómo es el fútbol israelí?
R: Es un fútbol emergente, poco táctico y de ida y vuelta. Se está profesionalizando, aunque por ahora no le dan mucha importancia a las infraestructuras, la cantera… Es una Liga con menos nivel medio que en España pero competitiva.

P: ¿La grada aprieta?
R: En cuanto a aficiones, no son tan numerosas como en España ni hay campos tan grandes. Pero, los hinchas que acuden son muy ‘forofos’, apasionados.

P: Tras ‘batirse’ con Cristiano Ronaldo, Messi y decenas de delanteros en La Liga y ser importante en la defensa del Valladolid, ¿es difícil adaptarse a ‘ordenar’ la zaga del Beitar?
R: Es diferente. La zaga defiende en el borde del área esté donde esté el balón y piensa en ir hacia atrás. Así se hace muy largo el equipo y es complicado robar un balón. Tácticamente se nota que les falta un punto, aunque están intentando instaurar un fútbol de toque y mayor rigor.

P: ¿Qué le pide su entrenador desde que llegó?
R: Que aporte mi experiencia y sabiduría al equipo. Muchos conceptos no los han trabajado. Aquí no hay filial, pasan del juvenil al primer equipo y el salto es muy grande. Los extranjeros (jugadores y entrenadores) ayudamos mucho en esa labor que no tienen de base.

P: En Israel, ya son varios españoles.
R: En el equipo estoy con Pablo De Lucas. Marc Valiente, con el que jugué en Valladolid, también está aquí en Israel. Nos echamos una mano con el idioma y al final tenemos las mismas costumbres.

P: ¿Cómo es vivir en Jerusalén?
R: Hay mucha seguridad, como en todo el país. Aquí se cruzan por la calle todas las religiones y varias culturas. Personas diferentes que se respetan. Es todo bastante tranquilo.

P: ¿Cuáles son las aspiraciones del Beitar esta temporada?
R: Han remodelado el equipo con jugadores jóvenes y algunos veteranos. Somos un conjunto sin experiencia pero con opciones de hacer algo bonito, aunque es difícil. Tenemos muchas ganas de mejorar e intentar superar el papel del año pasado, llegando más lejos en los playoffs.

P: ¿Y a nivel personal?
R: Disfrutar de esta aventura e intentar mejorar. Me han fichado para que aporte mi experiencia a la defensa e intento ayudar a mis compañeros.

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