Noticia de J. I. Fernández para el Diario de Valladolid de El Mundo


El técnico vasco se despide 107 días después de llegar con elegancia pero «con fuerzas» para haber sacado al equipo adelante / «Espero que con mi salida todo vaya mejor», apunta

Gaizka Garitano ya forma parte del pasado del Real Valladolid. Tendrá el dudoso honor de ser uno de los técnicos destituidos de manera más rápida en toda la historia del club. La paciencia de Carlos Suárez se ha agotado antes que nunca y a la novena fue la vencida. 107 días es su estancia en tierras del Pisuerga. No hubo lágrimas, pero sí momentos de emoción.

Aunque lleva poco tiempo en el banquillo, el de Derio es sabedor que los resultados mandan y es la única justificación que encuentra a su rápido cese. Garitano se despidió con elegancia, dando gracias y deseando lo mejor para un equipo que aventura «saldrá adelante».

El ya ex del Pucela cree que nueve jornadas «son pocas» para devenir el ritmo de un equipo «pues quedaba toda la temporada por delante», pero entiende que la situación «no era la que se esperaba y que normalmente en estos casos el que lo paga es el entrenador». No obstante se marcha con la cabeza muy alta y sabedor de que ha hecho todo lo que estaba en su mano. «Estoy jodido porque tenía mucha fuerza y motivación para seguir adelante». La derrota en Palamós y el ocupar puestos de descenso fue su sentencia de muerte el pasado domingo.

Además, quiso mandar un mensaje de agradecimiento a la plantilla. «Tenía muy buen feeling con los futbolistas y contaba con el apoyo del vestuario pero ha sido una pena, sin más. Al final el fútbol es así y el Real Valladolid y yo debemos seguir adelante». Precisamente el técnico vasco cree que este equipo tiene mimbres para mejorar en la clasificación. «Irá a mejor, además queda diciembre para reforzarse».

Garitano hizo autocrítica y asumió su responsabilidad. «No culpo de la situación al entorno, ni a los periodistas ni a nadie», apuntó. Cuando se le preguntó sobre si la exigencia de un posible ascenso ha sido una losa desde el primer día lo argumentó de la siguente manera: «Todo está muy igualado en Segunda, pero hay una descompensación entre las expectativas de algunos equipos y las posibilidades que tienen. Ahí nosotros hemos estado en clara ventaja, en cuanto a institución e historia de club y en clara desventaja porque lo que se espera es tanto que resulta difícil cumplir esas expectativas. No tengo nada que reprochar».

No quiso dar ningún consejo a su sustituto en el banquillo. «No soy nadie para hacer eso. He intentado dar lo mejor de mí mismo, todo lo que tenía. Seguro que el entrenador que venga estará más capacitado que yo». El ex técnico del Eibar, desde donde llegaba con la vitola de ‘hombre ascenso’, explicó que Braulio le comunicó el lunes que «existía la posibilidad» de destituirle. Un día después (el martes) se confirmó la noticia. «Todo dentro de la normalidad», apunto.

En su despedida estuvo solo, pero por decisión propia. Braulio se ofreció para estar a su lado, pero lo rechazó. «Es un tema mío y me gusta despedirme de vosotros», finalizó. De esta manera, la era Garitano ponía punto final. El vasco, la séptima víctima de Carlos Suárez, cogió sus pertenencias y abandonó junto a su grupo de trabajo (Ribera y Patxi Ferreira) las instalaciones del estadio José Zorrilla. Quizás ese año sabático que se iba a tomar antes de aceptar la oferta del Valladolid este verano, llegue ahora.

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Foto de J. M. Lostau