Kepa y Mariño fueron los más destacados en el partido contra el Athletic el pasado fin de semana, la titularidad de la portería en Pucela se cobrará cara.

Decía el Director deportivo del Real Valladolid, Braulio Vázquez, el día de la presentación de Kepa, que Garitano tenía a su disposición a la mejor portería de Segunda División. Quizá se quedo corto, por nombre, currículum y sobretodo por calidad. Y es que los porteros blanquivioletas aúnan juventud, calidad y proyección.

Mariño ya apuntó todo eso cuando llegó procedente del Villarreal B. En una temporada que comenzó jugando y acabó de forma incomprensible en el banquillo, el portero gallego fue uno de los más destacados de la plantilla con JIM. El fichaje de Navas por el Madrid le abrió la puerta al Levante, donde ha seguido creciendo como portero. Con contrato en vigor por esta y dos temporadas más y sin ofertas, el portero tuvo que regresar a Zorrilla. Pero lo ha hecho convencido al 100%.

Kepa, al igual que Mariño, viene de ser internacional con la sub21, de jugar 20 partidos con la Ponferradina, a la que llegó en el mercado invernal, y con la vitola de ser el futuro portero de San Mamés. Ha sido la apuesta de Braulio desde el primer momento, y el de Ondarroa no se lo pensó dos veces y aceptó la cesión al Real Valladolid.

Una injusticia con premio

Lo dos tuvieron antes de ayer 45 minutos ante el Athletic. Y metieron en un lío a Garitano. Demostraron toda su calidad ante un rival de Primera y que jugará en breve las eliminatorias de la Europa League. De hecho, los rojiblancos solo fueron capaces de superarles desde el punto de penalty. Si siguen así, el técnico vasco cometerá una injusticia con el que se siente en el banquillo. Eso si, el Real Valladolid sale ganando.

Noticia: MARCA