TRIPLE SUPERACIÓN Una grave rotura de ligamentos en cada rodilla, además de una fractura de peroné, no le han parado • Hoy hace un año de la última

La rodilla derecha había sido una pesadilla para Sisi. Se lesionó en noviembre de 2012 y tardó casi nueve meses en regresar. Ya en la temporada siguiente disputó algunos partidos casi a su máximo nivel: se sentía fuerte y rápido como nunca. Perdió el miedo en su pierna derecha y así estaba, disfrutando, justo hoy hace un año, de un partido contra el Barcelona cuando de nuevo una rodilla, esta vez la izquierda, no pudo seguir su ritmo.

“Lo único que podía pensar era: “No por favor, otra vez no”, confesó a MARCA el día después de romperse. Antes de todo esto ya había vivido una tercera lesión grave: una complicada rotura en el peroné que arruinó su temporada 2009-10 en Valladolid.

“Mi madre sufre mucho la pobre, todavía ahora. En la segunda lesión de rodilla le vi la cara a mi padre y me di cuenta de que era muy grave. Me dije a mí mismo: voy a cambiar mi cara para animarlo. Al final, los padres sufren más que nosotros. Ahora estoy muy bien. No me siento tan rápido ni me veo todavía capaz de hacer las cosas que hcía, pero mejoro muy rápido y he crecido mucho en la parte de la recuperación psicológica”, explica Sisi a MARCA.

Osasuna no es lo que era


Urban no tienen ningún problema en esperarle. Cuenta con él incluso aunque no esté en su máximo nivel y le da toda la confianza y estabilidad que puede en la parcela deportiva. Osasuna, como club, ahora no puede darle la misma en lo institucional, desafortunadamente: “Cuando vine hace tres años era un club modélico, ejemplar, no había deudas, ni problemas de pago, todo se hacía bien. Ahora nadie quiere ser presidente, aparece una deuda de casi 80 millones, los trabajadores están desganados y nosotros no hemos comenzado bien. Es un día a día difícil, salen cada vez mas problemas en el club”, confiesa Sisi.

Pero juega. Ha conquistado tres grandes pruebas de superación, se sabe todos los trucos y ahora los comparte sin poder ocultar un rastro de tristeza: “Te fijas en la gente que está peor. En la primera lesión iba a una piscina pública en Mutilva (Navarra) y cada día veía a un hombre en silla de ruedas que estaba tetrapléjico y le oía decir que iba a esquiar, montaba en moto y estaba siempre con una sonrisa. Entonces pensaba que yo con una mierda de lesión estaba amargado siempre. Es muy duro, en mi última lesión estaba eufórico y me decía que lo iba a superar fácil, pero cuando pasan cinco meses piensas que al final no eres tan fuerte como pensabas”, relata.

Tiene otro secreto para los tiempos de baja: “Todos tenemos momentos difíciles y no se trata de superación, porque lo vas a superar igual. Intento no centrarme siempre en el fútbol: leo, cocino, viajo, paseo con mi perro Bubu. Lo hago para relajarme de la presión que te mete el fútbol, de que tienes que ganar, tienes que recuperarte. Trato de no pensar siempre en eso. No es bueno”. No es fácil, pero Sisi puede. Ha podido. Tres veces. Y con la misma pasión. Mucha suerte.

Noticia: MARCA